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¡Qué asco de chicles!

Restos de goma de mascar en el suelo de Maisonnave afean la mayor avenida comercial de Alicante

Aspecto que presenta una de las aceras de Maisonnave, a la entrada de un centro comercial de la ciudad, con el pavimento repleto de chicles JOSE NAVARRO

Parecen lunares negros y los hay cada pocos centímetros en el suelo de Alicante. Pero no es nada artístico ni un adorno por el que merezca la pena mirar hacia abajo: son los restos de chicles que afean las avenidas principales, desde la Rambla a Alfonso El Sabio y Maisonnave, la principal arteria comercial de la ciudad, cuyo pavimento está invadido por restos de gomas de mascar. Una imagen poco edificante para el corazón del turismo de compras.

La ordenanza municipal de limpieza contempla sanciones de hasta 100 euros por arrojar residuos a la vía pública, desde chicles a papeles, cartones, bolsas de plástico o colillas. Sin embargo, la probabilidad de ser multado por infringir la normativa no evita este tipo de comportamientos incívicos. ¿Quién no se ha llevado uno pegado a la suela de los zapatos?

La Rambla es otra avenida principal y turística que sufre el problema de los chicles. Sus comerciantes llevan años rascando el suelo casi a diario con herramientas confeccionadas con palos y cuchillas en el extremo hartos de la imagen de suciedad frente a sus negocios. «Seguimos en ello. Lamentablemente la Policía Local no toma el toro por los cuernos, estamos seguros de que no han puesto ninguna sanción ni por chicles ni por tirar colillas al suelo y dudamos también de que haya multas por no recoger las cacas de perro», afirma Francisco Navarro, de la Asociación de Comerciantes de la Rambla, que forma parte de Corazón de Alicante.

Consideran también estos comerciantes que tendrían que hacerse campañas por la falta de conciencia cívica. «Es necesaria una asignatura en el colegio porque en la parada del autobús de la Rambla hay papeleras pero la gente tira los chicles, papeles y colillas al suelo», afirmó.

Eventualmente el Ayuntamiento de Alicante llama a empresas especializadas en la limpieza de chicles y grafitis para actuaciones en avenidas y zonas emblemáticas o con mucho tránsito. Es el caso de una firma ilicitana que emplea vapor. «El año pasado nos llamaron para eliminar los grafitis de las escaleras de bajada del Castillo al barrio de Santa Cruz pero de chicles hace tiempo que no hacemos nada. La última vez fue para quitarlos de la plaza del Ayuntamiento», explicó el gerente de la empresa, Antonio López, quien indicó que «en Alicante no se quita mucho (chicle) en comparación con ciudades con un mayor patrimonio como Úbeda o Jaén».

El concejal de Medio Ambiente, Víctor Domínguez, explicó que el tripartito tiene previsto incluir en la próxima modificación del contrato con la UTE de limpieza la adquisición de una máquina antigrafitis, «que es uno de los pocos métodos eficaces para arrancar los chicles de la vía pública porque es muy difícil limpiarlos. No tenemos capacidad para exigirles a la UTE que compren más pero nos permitirá trabajar las zonas con chicles pegados desde hace años e irlos eliminando poco a poco».

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