La ayuda de los 100 euros por la compra de los libros de texto puede pasar factura en la declaración de la renta a algunas familias.

La Federación provincial de padres de alumnos «Gabriel Miró» alerta de que quienes estén empadronados en ayuntamientos que ya hayan consignado la subvención por los libros de texto a fecha de 31 de diciembre de 2015, verán reflejado el cobro de la ayuda correspondientes en sus borradores del IRPF.

Los representantes de los padres han detectado ya esta medida en los borradores de la renta de las familias de Petrer, cuyo Ayuntamiento declaró a 31 de diciembre la subvención de las ayudas por los libros de texto.

«Hay que declarar la ayuda, por pequeña que sea la asignación que se reciba, porque hay casos en que no es ni siquiera de 100 euros, sino de 40 y 50 euros. Nos hemos puesto en contacto directamente con Hacienda y han confirmado que, desde el punto fiscal, esta ayuda computa como rendimientos del trabajo», explica el presidente de la federación, Ramón López.

Los representantes de la Fapa subrayan que en su momento, cuando se anunció el programa de la XarxaLlibres, «ya advertimos de que la fórmula escogida para crear los bancos de libros era retorcida»

López abunda que si se quiere cumplir con los derechos que contempla la constitución por una educación gratuita «bastaba con que la administración comprara los libros directamente».

Si no se declara expresamente la ayuda de libros se está a expensas de que Hacienda requiera una declaración complementaria por no coincidir los datos del IRPF con lo consignado por cada ayuntamiento, advierten desde la federación de padres.

A cuantos están solicitando la ayuda por los libros estos días en la ciudad de Alicante, el último municipio que ha puesto el programa en marcha, les afectará este medida en declaración del próximo año, puesto que el Ayuntamiento no lo ha podido consignar hasta que se aprobaron los presupuestos el mes pasado.

Ramón López también lamenta que finalmente no se haya aceptado el ofrecimiento de la Fapa para colaborar con las familias a la hora de completar las solicitudes y favorecer la ayuda para todos.

Reválida propia

Por otra parte, el Consell se ha sumado a otras siete autonomías que han decidido elaborar una prueba para los alumnos de sexto de Primaria alternativa a la que contempla la Lomce y secunda el ministerio. Marzà descarta la conocida como reválida y se muestra partidario de que los tutores lleven a cabo su propia evaluación continua sobre las competencias adquiridas por cada alumno, en lugar de exponerles a siete pruebas con 200 preguntas. Descartan evaluadores externos y el coste de 60.000 euros. Desde el ministerio advierten que negarse a la reválida dejará si recursos adicionales a centros que lo precisen.