¿Qué nivel tiene la gastronomía alicantina?
Tiene consideración a nivel internacional y eso lo prueba la gran cantidad de estrellas Michelin que hay en Alicante y que son 9. Hay una elevada importancia y los grandes chefs tienen una clientela exclusiva. De hecho, hay turistas que sólo vienen a España para disfrutar de los restaurantes Michelin. Hay americanos que están 7 u 8 días en distintas provincias visitando y disfrutando de restaurantes con 3 estrellas.
El rector, Manuel Palomar, apuesta por poner el grado de Gastronomía en la Universidad. ¿Qué salidas tendrá?
La idea es montar una carrera para que quienes la cursen puedan trabajar en un futuro como directores de catering, ya que deben tener conocimientos de nutrición porque no es lo mismo un hospital que un cuartel. Va más allá de un cocinar. La idea es hacer una carrera muy atractiva para que los que salgan puedan tener abiertas muchas puertas. Hay una demanda social muy importante, la gastronomía está cada vez más de moda, cada vez se necesitan más expertos y se tiene que dar respuesta a esa demanda latente.
¿Un cocinero nace o se hace?
Un cocinero puede nacer en la cocina. Quique Dacosta siempre cuenta que él empezó a base de fregar cazuelas. Luego es necesario salir y ver qué hacen otros hasta ser un referente de la cocina. Es más el trabajo, lo despierto que uno sea y las ganas que tenga de ir a más. No quedarte en tu casa y tratar de aprender. Esa es la formación de las grandes cocineros.
¿Por qué este boom mediático de cocineros y de programas de cocina?
Hay momentos en los que las cosas suceden y no se sabe cómo. Empezaron unos cuantos esforzados que trabajaron mucho en este mundo tan complejo y cada vez se incorporaron más atraídos por el éxito de los cocineros vascos. Y lo impresionante son los programas de televisión sobre cocina, es una locura .
En Alicante no paran de abrir restaurantes, ¿no vivimos cierta burbuja gastronómica?
Puede haberla, pero hoy por hoy la demanda es más importante que la oferta. La gente demanda una gastronomía que ofrezca un equilibrio calidad-precio. Hay cocineros y restauradores que saben que hay unos precios muy competitivos para un tipo de público. Otros que se dirigen a personas que no tienen problemas económicos y hay otra gastronomía para gente con problemas. Siempre y cuando se trabaje con cordura, el éxito puede estar asegurado.
¿La crisis quizás ha servido para «democratizar» la buena gastronomía?
Por supuesto. Ahora puedes ir a cenar o comer con unos menús que no llegan a 15 euros y si quieres algo mejor con 35 euros sales muy bien servido... Antes salir a comer o cenar era más caro. La gente se ha ajustado mucho.
