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Gobierno y Consell cierran la puerta a nuevos trasvases de agua

El Ministerio de Agricultura y la Generalitat descartan el Ebro, el Duero y el Tajo Medio

Infestructura del trasvase Tajo-Segura a su paso por la Vega Baja VICENTE MUÑOZ

Ni Ebro, ni Duero y ya veremos cómo queda el Tajo. El Ministerio de Agricultura y la Generalitat han vuelto a mirar hacia otro lado ante la enésima reclamación de los agricultores de la provincia para que la Administración solucione, de una vez por todas, los problemas de abastecimiento de agua para el sector agrícola. El Ministerio calla y la consellera de Agricultura, Elena Cebrián -paradójicamente la lluvia le acompañó durante su visita ayer a Alicante- han dejado claro que desde el gobierno autonómico sólo se apoyan los trasvases desde el Tajo -con los días contados por la sequía- y el del Júcar con la toma de agua en Cullera, donde la calidad es más que cuestionable durante muchos meses del año.

El Consell tiene la hoja de ruta clara y sobre la mesa no está ni la reivindicación del agua del Ebro, ni otra posibilidad que no sea la de traer el agua del Tajo del complejo de Entrepeñas y Buendía, donde la falta de recursos es la misma que la que sufren las cuencas del Segura y el Vinalopó. Una vez más Gobierno y Consell desoyen a los agricultores, al Instituto Geográfico de la Universidad de Alicante y al Foro-Proagua, el lobby del que forman parte todos los agentes sociales de la provincia pero que no ha logrado, de momento, que alguien le escuche en Valencia y Madrid.

Mientras, al menos las últimas lluvias han hecho que Entrepeñas y Buendía almacenen 575 hm3, una cantidad similar a la del año pasado y 175 hm3 por encima de la reserva. No obstante, siguen a cinco hm3 del caudal que pemitiría con la ley en la mano duplicar el envío de agua a Alicante.

Los agricultores de Castilla-La Mancha han iniciado este año con dos semanas de antelación la temporada de regadío en la cuenca desde donde parte el agua del trasvase Tajo-Segura. Una decisión que podría ser anecdótica, pero tras la que se esconde una maniobra estratégica dirigida a impedir que el nivel de agua embalsada en el complejo de Entrepeñas y Buendía alcance los 580 hm3.

Los regantes alicantinos del trasvase Tajo-Segura han reclamado, a su vez, al Ministerio de Agricultura que agilice la creación de un banco de agua (posibilidad de que los agricultores puedan comprar caudal en otras cuencas) ante el riesgo de que a partir del 1 de junio vuelva a ralentizarse el envío de agua para regar a Alicante. El nivel de la reserva de agua en el complejo de Entrepeñas y Buendía se ha estancado, la cabecera del Tajo entra en el periodo más seco del año y, para colmo, a partir de mayo aumentará la demanda agua en la propia cuenca -unos 50 hm3 al mes-, lo que limitará las posibilidades de envío de caudales a Alicante y Murcia, cuando en verano se necesitan 20 hm3 al mes solo para el regadío.

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