La Costa Blanca afrontará este año la inminente temporada alta turística siendo la zona de España con más playas y puertos deportivos con la distinción de la «bandera azul», que acredita la calidad del agua, la arena y de sus servicios. En total, la provincia contará con un total de 75 banderas (62 playas y 13 puertos deportivos), la cifra más alta de España al concentrar el 11% del total nacional. Como novedad, este año también se reconocen los «sederos azules» y Alicante también ha sido reconocido por el del Cabo de las Huertas, precisamente donde el Ayuntamiento proyecta adecuarlo para conectarlo con Urbanova.

De las 62 playas, seis son nuevas en el listado. En concreto, las Calas de Santiago Bernabéu en Santa Pola, que recibe el reconocimiento por primera vez, y las playas de Punta del Raset y Les Rotes en Denia, La Cala en Finestrat, y las de Paradís y de Bon Nou en La Vila, que recuperan galardón. Pese a que las «banderas azules» ya no son concedidas directamente por la Comisión Europea, la entidad que las concede, la Fundación de Educación Ambiental, goza de un prestigio internacional y sus concesiones avalan la calidad de las playas, que selecciona previa solicitud de los ayuntamientos correspondientes.

Benidorm repite con sus tres arenales reconocidos (Levante, Mal Pas y Poniente) y Orihuela sigue siendo el municipio alicantino con más banderas al ondear en Punta Prima, las calas Estaca, Bosque, Capitán y Aguamarina, La Caleta, la playa de la Glea y Barranco Rubio.

La Comunidad Valenciana ha obtenido un total de 125 banderas azules, cinco más que el año pasado, lo que la convierte en la autonomía española con mayor número de playas galardonadas. Estos datos suponen que una de cada cinco banderas azules, otorgadas a las playas y puertos deportivos españoles, ondeará en la Comunidad. El 90% de las playas que se han presentado han obtenido la bandera, así como el 100% de los puertos deportivos.

La consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrián, ha valorado positivamente las cifras «ya que los criterios de concesión son cada año más exigentes en relación al cumplimiento de los estándares de calidad ambiental».