Francisco Mojica, descubridor del sistema CRISPR, fue el encargado de abrir el 39 Congreso de la Sociedad Española de Inmunología.
Sorprende que un científico, postulado al premio Nobel, se haya quedado investigando en Alicante y no esté en EE UU, Inglaterra o Alemania.
Lo de postulado a premio Nobel son conjeturas. Es algo confidencial y hasta 50 años después no se sabe quién estaba nominado. Probablemente sí habrá algún candidato del campo CRISPR nominado, pero son muchos quienes han participado en esto y que esté yo es sólo una posibilidad. En cualquier caso, en la Universidad estoy muy bien. Cuando estaba haciendo el postdoc en Oxford tuve posibilidad de quedarme y preferí volver. Si uno quiere hacer ciencia lo puede hacer donde quiera, hasta en su casa. Sólo hay que tener ganas.
Ganas y también pelear mucho.
Pelear y si no te financian un año y no tienes dinero, haces bioinformática, para lo que solamente hay que conectar un ordenador. Y si te dan dinero, trabajas en el laboratorio. Afortunadamente en mi caso, la cosa ha salido bien, aunque podía haber abandonado hace años.
Usted ha demostrado que las bacterias tienen un sistema inmunitario, ¿a qué abre las puertas este hallazgo?
En el caso concreto de las bacterias tiene una repercusión tremenda. Puedes generar bacterias que sean resistentes a virus. Las infecciones por virus en bacterias, por hablar de un caso muy concreto, son un problema en la producción de yogur. Para hacer yogur se mezclan bacterias con la leche y con mucha frecuencia son infectadas por virus, que matan la bacteria y toca tirar miles de litros de leche. Pero las bacterias se usan en otros muchos procesos, también en biotecnología para producir insulina, anticuerpos, antibióticos, farmacia... Los podemos modificar para que sean resistentes a virus.
Y de ahí a la modificación genética.
Este sistema permite dirigirlo a cualquier región del genoma de cualquier ser vivo; cortar ese ADN y usando los sistemas de reparación de la propia célula modificar esa información genética. Si un gen no está funcionando bien, por ejemplo y provocando un cáncer, lo puedes eliminar, rectificarlo o sustituirlo por uno funcional.
También plantea un debate ético.
Los límites los tenemos que poner nosotros. Ahí deben estar implicados los científicos, como parte interesada, por desgracia también los políticos y el resto de la sociedad. Porque esto puede llegar muy lejos y se pueden generar embriones de humanos modificados genéticamente, lo que supera una barrera ético-moral-legal que habrá que solucionar.
