Los usuarios del Servicio Valenciano de Salud (SVS) empezarán a recibir a partir de junio las nuevas tarjetas sanitarias preparadas para ser utilizadas en toda España. Los nuevos ejemplares se irán emitiendo según las necesidades del sistema -por nuevas altas, renovaciones de tarjetas dañadas, etc?- por lo que durante un tiempo los dos tipos de documentos identificativos convivirán hasta que la renovación sea completa. Actualmente hay en activo cerca de 5,2 millones de tarjetas sanitarias SIP por lo que se estima que la renovación se completará en cinco años.

El cambio de las tarjetas responde al interés del Ministerio de Sanidad por poner orden en el «descontrol» autonómico entorno a la tecnología de los documentos que hace incompatible el acceso directo con una tarjeta valenciana en cualquier otro sistema autonómico y viceversa. El usuario sigue teniendo derecho a atención médica en todo el territorio pero ahora, el ministerio quiere que éste se haga en las mismas condiciones, garantizando la compatibilidad tecnológica de tarjetas y lectores y tener así acceso directo, por ejemplo, a nuestros datos identificativos y a qué tipo de cobertura farmacéutica tenemos derecho, por ejemplo.

La empresa responsable del mantenimiento de la tarjeta valenciana, Connectis, está ultimando el lanzamiento de la nueva identificación según los parámetros unitarios que el ministerio marcó hace tres años después de otros diez de tramitación. Así, todas las tarjetas llevarán incorporada una banda magnética de tres pistas bajo estándares ISO.

Los documentos deberán tener un tamaño concreto (85,60 x 53,98 mm) e integrar la información básica del asegurado con la imagen institucional. El ministerio prevé también la posibilidad de incluir una fotografía e incluso un espacio para incluir en Braille las siglas TSI, tarjeta sanitaria individual.

Con todo, el diseño del anverso y reverso queda en manos de las diferentes administraciones y la Generalitat todavía no ha desvelado cómo serán las nuevas tarjetas.

La importancia del documento reside en su banda magnética que permitirá crear una base de datos centralizada aunque el acceso universal a la historia clínica todavía debe desarrollarse plenamente.

El SIP, sistema de referencia

La Comunidad Valenciana fue una de las pioneras en el desarrollo de la tarjeta sanitaria individual y de las bases de datos poblacional que lleva aparejada. De hecho, desde Connectis aseguran que el proyecto de SIP es un «hito» y que ha servido incluso «de sistema de referencia» en el resto de España. Como autonomía receptora de ciudadanos de toda España, el sistema se había adaptado para ser capaz de leer «bandas de otras comunidades e incluso de varias versiones diferentes», según concretaron los técnicos de Connectis.