El conflicto por el plan de ordenación de veladores en la plaza de Gabriel Miró sigue generando discrepancias en el tripartito. Ayer, un día después de reunirse con los hosteleros, el alcalde, Gabriel Echávarri, confirmó su intención de «mediar» con su socio y edil de Ocupación de la Vía Pública, Miguel Ángel Pavón, para «ver la forma de alcanzar consensos con la ciudad». Consideró que la decisión final será «del equipo de gobierno» y cuestionó algunas medidas del plan, como el horario de cierre a la una de la madrugada o la expiración de las licencias de los veladores de la parte noble de la plaza cuando los locales cambien de titularidad.

El regidor aludió a las 20.000 firmas entregadas por los hosteleros a favor de los veladores en la ciudad consideró que es algo «importantísimo» y, aunque dijo no querer «desautorizar» a Pavón, abogó por «llegar a un tipo de acuerdo en el que todo el mundo se sienta a gusto y no haya vencedores ni vencidos». Agregó así su intención de «poder llegar a un acuerdo, mediar y suavizar tensiones» en una situación que calificó de «enquistada».

Sobre la reducción del horario de cierre de los veladores a la una de la madrugada todo el año, Echávarri admitió que pidió a los hosteleros que aporten una comparativa sobre los horarios de cierre de veladores en otras ciudades «Málaga podría ser un buen ejemplo para Alicante», dijo para determinar «si la medida es desproporcionada o no». En cuanto a la pérdida de la licencia de veladores en la zona noble de la plaza cuando el local sea traspasado o vendido, Echávarri advirtió que «a lo mejor cometemos una injusticia», poniendo como ejemplo la devaluación de los establecimientos y el perjuicio para los hosteleros. Por ello, abogó por «ver qué es la zona noble y qué no lo es e intentar no cometer injusticias» porque, agregó, «no hemos venido aquí a perjudicar a gente sino a ayudar a gente». Aludió a que el plan «no está cerrado» y que lo estará «cuando se firme un decreto, que tampoco es inamovible». Echávarri consideró que el plan en fase de alegaciones «se tendrá que aprobar», pero incidió en que «si hay una parte muy agraviada vamos a ver si llegamos a un acuerdo».

Aunque la intervención de Echávarri se produce tras el episodio de tensión con Pavón por las injerencias entre áreas municipales, el alcalde aseguró que confía en su socio de gobierno y defendió su participación en este caso asegurando que «no hay compartimentos estanco». Otra cuestión, dijo, es «fiscalizar el día a día» y agregó que «lo que no hay es que uno vigile a otro, eso es una desconfianza absoluta».

Echávarri sostuvo que «aquí no hay decisiones arbitrarias ni caprichosas contra nadie» y que trasladará a los hosteleros los argumentos que sustenten las decisiones que se adopten. Agregó que las decisiones «son del equipo de gobierno, no de Pavón» y que, si bien es quien firmará el decreto, lo hará «en nombre del equipo de gobierno».

Pavón, quien ya se ha reunido con hosteleros y ha suavizado el plan inicial que presentó, esgrimió que «también hay que tener en cuenta a los vecinos» apelando, una vez más, a que el plan refleja una posición «intermedia» entre las partes. El edil de Urbanismo admitió que no está «cerrado a nada» y se mostró dispuesto «a escuchar al alcalde» y de «volver a hablar» acerca del plan de veladores con el resto de sus socios. La decisión, reconoció, es «del equipo de gobierno», si bien el decreto lo debe firmar él, y agregó que en la zona tiene que haber un plan de ordenación.