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De remanso de paz a pista de rally

Vecinos de Vistahermosa critican que los coches atajan a toda velocidad por calles sin asfaltar

La velocidad está limitada a 30 kilómetros por hora. Pilar Cortés

Las señales de tráfico limitan la velocidad a 30 kilómetros hora, pero los vecinos de las calles paralelas a la avenida de Dénia, en Vistahermosa, aseguran que los coches parece que hagan carreras de rally a las puertas de sus casas.

Hasta hace poco tiempo, estas calles -Andalucía, Concha Espina, Poeta Bécquer...- eran un remanso de paz. En ellas residen medio centenar de familias en chalets rodeados de extensos jardines. Sin embargo, los atascos que a diario se forman en la rotonda que enlaza la avenida de Dénia con la Vía Parque, y sobre todo desde la instalación de semáforos en hora punta para regular el tráfico, han provocado que muchos conductores tomen estas calles a modo de atajo para poder acceder a la Vía Parque sin necesidad de atravesar la conflictiva rotonda.

«Las horas punta son los peores momentos, los coches van lanzados a 80 ó 90. Da miedo hasta cruzar para tirar la basura porque los coches no dejan de pasar», señala Manuel Fuertes, uno de los vecinos de esta zona. El hecho de que en el entorno haya varios centros escolares no mejora la situación. «La entrada y salida de los colegios es tremenda, son muchos los coches que circulan por aquí, por calles que no están acondicionadas y encima lo hacen a unas velocidades que dan miedo».

Otro problema es que estas calles están sin asfaltar. Únicamente están acondicionadas con una capa de gravilla. «Del uso la gravilla se va desprendiendo y hace que al frenar, los coches se deslicen, por lo que casi a diario se producen pequeños accidentes en los cruces». La solución para los vecinos no es sencilla. «En toda esta zona no hay alcantarillado, son todo pozos ciegos por los que pagamos un canon de saneamiento. Ya hemos consultado a algunos técnicos y si colocamos badenes para limitar la velocidad y llueve, el agua se quedaría estancada».

Pero esta no es la única deficiencia que, a juicio de los vecinos sufre esta zona. Hay varios solares sin vallar en los que se acumula la basura y los escombros. «La gente poda las palmeras, tira los rastrojos y pueden estar semanas en la calle hasta que alguien los recoja», critica Manuel Fuertes. El mal estado de las calles también es un problema. «Jamás las arreglan. Cuando los agujeros son muy profundos viene alguien del Ayuntamiento y los rellena con la gravilla que recoge de la misma calle, así que a los cuatro días la situación vuelve a ser la misma».

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