El director general de Urbanismo, José Luis Ferrando, llegó ayer a un principio de acuerdo con la Plataforma Renfe para que en el nuevo enfoque del proyecto urbanístico Operación Integrada 2 (OI2) se incluya la anulación de las rampas de subida y bajada del Puente Rojo de la Gran Vía, responsables de los ruidos y molestias de los vecinos que su entorno.

Ferrando se reunió en Alicante con los tres portavoces de la plataforma, quienes volvieron a trasladarle la necesidad que tiene Alicante de que desaparezcan totalmente las vías en superficie para poder dar paso al gran parque central. Descartado el retranqueo de la actual estación-término a la zona del cementerio por su alto coste (250 millones de euros), el nuevo diseño del plan OI2 pasa por urbanizar toda la zona que va desde el antiguo paso a nivel de Ausó y Monzó hasta la Vía Parque.

La operación, en la que están de acuerdo los miembros de la sociedad Avant, según la Plataforma Renfe, pasaría por reducir la edificabilidad -clave para lograr plusvalías- y mantener los antiguos tinglados (almacenes) ferroviarios pegados a la plaza de la Estrella. Enclave en el que la Concejalía de Urbanismo no ve con buenos ojos la torre de oficinas proyectada.

En estos momentos y tras una inversión cercana a los 1.800 millones de euros -coste del tramo de alta velocidad entre Alicante y Albacete- se han quedado sin fecha la solución al Puente Rojo, la finalización de la Vía Parque, que conectaría la Gran Vía con Babel (sigue habiendo vías en superficie), el enlace de la calle Ausó y Monzó con la calle Santo Domingo, la construcción de la estación intermodal, y, la conexión de un puente sin completar levantado por Adif sobre las plataforma de vías del AVE en la avenida del Zodiaco, que debe conectar el final del barrio de Ciudad de Asís con la carretera de Ocaña, el barrio de la Florida y su polígono industrial.

Adif cumplió con su obligación, que es facilitar un paso sobre las vías de nueva creación, pero desde su finalización, hace ya dos años, el Ayuntamiento de Alicante no lo conectó por ambos lados, aunque se pueda acceder por unos caminos de tierra trazados por los vehículos de los vecinos, que no quieren desaprovechar la infraestructura.

Un puente fantasma dentro de un proyecto inacabado, como es el de los nuevos accesos ferroviarios a Alicante, que incluyeron la llegada del AVE, en la que se han invertido 1.800 millones de euros de dinero público. El AVE conecta en poco más de dos horas Alicante con Madrid, pero todo lo que llevaba consigo la llegada de la alta velocidad, e incluso proyectos anteriores como la Vía Parque, se han quedado sin plazos, lo que deja desconectada una zona de la ciudad donde residen más de 50.000 personas. Otro tema si resolver son las vías que utiliza todavía Adif para mover su material.