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El desplome del precio del suelo reactiva la promoción de pisos en Alicante

El Ministerio de Fomento constata que el metro cuadrado se cotiza en la provincia a 140,7 euros, la cifra más baja desde 2004

Construcción de una nueva promoción de viviendas en La Goteta, en Alicante. RAFA ARJONES

El ladrillo sale de su letargoladrillo . La crisis inmobiliaria crisis inmobiliariaque ha vivido la provincia durante los últimos años parece haber pasado a mejor vida. Varios son los motivos: la recuperación económica, el progresivo adelgazamiento de las cifras de desempleo, la mayor predisposición de las entidades financieras a conceder hipotecas... y, sobre todo, la caída del precio del suelo. Los datos hablan por sí solos. De acuerdo con las estadísticas que acaba de difundir el Ministerio de Fomento, la cotización del suelo urbano en las comarcas alicantinas tocó fondo al cierre de 2015. Según los datos del Gobierno, el metro cuadrado se cotizó únicamente a 140,7 euros, la cifra más baja desde 2004, cuando comienza la serie histórica recogida por el Ejecutivo.

Este desplome en el precio de los terrenos ha animado a los promotores a levantar nuevas viviendas en la provincia. Sólo en los tres primeros meses de este año se ha iniciado la construcción de 1.186 casas, tal y como avanzó este diario el pasado jueves. El Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Alicante ha constatado un repunte del 20% respecto a los datos del mismo periodo del pasado año y ha certificado que los tres primeros meses del actual ejercicio han sido los más prolíficos para el sector desde 2008, cuando comenzaron a sentirse las turbulencias económicas.

Estas cifras corroboran la reactivación de un sector que comenzó su declive justo al inicio de la crisis. Las estadísticas del Ministerio de Fomento revelan además cómo antes de que explotara la burbuja la cotización del suelo urbano alcanzó guarismos muy elevados. Un buen ejemplo es 2006. Por aquel entonces, nadie podía presagiar la debacle que se avecinaba y las empresas constructoras encadenaban promoción tras promoción de viviendas. No importaba a cuánto se cotizara el metro cuadrado de suelo. Al cierre de ese ejercicio, precisamente, se alcanzó el récord histórico. El metro se pagó a 528,1 euros, casi cuatro veces más que ahora.

Ayuntamientos favorecidos

La reactivación de la construcción no sólo ha beneficiado a las propias empresas que se dedican al ladrillo. También la han acogido con los brazos abiertos los ayuntamientos de la provincia. Y es que los impuestos ligados a la vivienda han insuflado ingentes cantidades de dinero a los consistorios alicantinos. Cuando la crisis no se barruntaba, las arcas locales disponían de pingües ingresos gracias al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y las tasas urbanísticas. Pero es que, además, la construcción de pisos lleva aparejado otro gravamen más: el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), uno de los principales cimientos de la recaudación local. A más viviendas, más fondos para el ayuntamiento.

Pero entonces llegó la crisis. Las promociones de nuevas casas comenzaron a descender, los bancos y las cajas endurecieron las condiciones para conceder préstamos hipotecarios, la tasa de desempleo se disparó y las transacciones inmobiliarias de viviendas a estrenar disminuyó de manera progresiva. Resultado: los ingresos municipales se vieron afectados y cayeron en picado. Tanto, que descuadraron por completo las previsiones de los consistorios. Ya no se recaudaba como se preveía en las cuentas.

Ahora, sin embargo, los alcaldes consultados admiten que la reactivación del ladrillo podrá darles fondos adicionales para revertirlos posteriormente en sus municipios.

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