Talles más altos, manga francesa (tres cuartos) y faldas con más caída, en blanco y crudo, estilo vintage, es decir, retro, que es «la línea que se lleva» pero también son tendencia los vestidos lenceros en seda rosa y amarillo pálido, superando el color sólo en detalles de tul. Y es que cada vez más niñas alicantinas quieren parecer novias cuando toman la comunión, de hecho, según las vendedoras de ceremonia, se nota que en la provincia se comulga sobre los diez años, después de tres ejercicios de formación, cuando en la mayoría del territorio nacional sólo necesitan dos cursos de catequesis. En 2015 se celebraron en la provincia 7.590 comuniones, según datos del Obispado. «Las niñas entran en internet supervisadas por sus madres para buscar lo que les gusta. Cada vez tienen más personalidad y peso en la decisión, para ellas está claro», explica Raquel Alemán, que regenta una tienda de ceremonia en el centro de Alicante.

En este establecimiento disponen de chaqueta y pantalón para niñas que no quieren vestirse de princesa. Y tienen demanda. Entre todos los modelos que ofertan han vendido un centenar largo de trajes para comulgar y les quedan una veintena que ahora rebajarán puesto que la moda de ceremonia se encarga con un año de antelación. «Las colecciones llegaron en octubre y en enero se empezaron a vender puesto que algunos vestidos se confeccionan a medida y pueden tardar dos o tres meses en hacerlos». Aunque todavía están entregando para este año, esta profesional se desplazará entre el 6 y 8 de mayo a Madrid a la feria mayorista del sector, donde se expondrán las líneas para 2017.

La moda también ha llegado a la indumentaria de niño. Los padres prefieren el clásico marinero y almirante pero ellos buscan comodidad. Se llevan el gris y el azul claro, «y son tendencia trajes sport en lino más ponibles que se pueden utilizar después de la comunión».

A las tiendas de ceremonia del centro de Alicante acuden familias de toda la provincia, y de todo tipo. Las hay que buscan diseño y también que miran el precio. Por ello, ofertan desde 200 euros para niño y 300 para niña «pero hay hasta de mil euros si se quiere exclusividad». Ocurre también en la tienda Marieta. «Se siguen mirando los precios. Aquí hemos hecho, años atrás, vestidos que costaban 1.900 euros y eso lo hemos tenido que dejar. Hay precios para que no se asuste la gente y no diga no puedo comprar en tu casa pero también hacemos encargos a mano si alguien lo pide», explica la propietaria, Carmen Vicent. En este establecimiento abunda el diseño, en vestidos de comunión de seda natural, «porque aquí no trabajamos el acrílico, sólo tejidos nobles». Este año han vendido más de cien trajes, más de niño, sobre todo de hilo y con lazadas, que de niña, y para ellas mucho vintage «pero especial y fino, sin volantes ni muy recargados», y vestidos lenceros. En su caso, sobre todo en blanco con detalles de color en tocados y lazos. El cromatismo lo dejan para vestidos de convite en rosa, azul, verde y hasta negro, «muy solicitado incluso por madres y abuelas delgaditas que se lo llevan para ellas». En cuanto a los complementos, las niñas piden coronas/diademas de flores artificiales para el pelo o de flor preservada, que duran años, y los niños cruces de madera o tela, y fulares con los que completar su atuendo.