«Queda tiempo hasta junio». El conseller de Educación, Vicent Marzà, demoró ayer hasta el mes de junio la realización en los colegios tanto públicos como concertados de las pruebas diagnósticas que la Lomce fija para todos los alumnos que acaben este curso sexto de Primaria. Y eso si finalmente se hacen. «No nos gusta -confesó una vez más-. No es pedagógica y no tiene sentido», pero se mostró inclinado a cumplir la ley «que señala que se hagan a final del curso, no en mayo», precisó

En su visita a Alicante para presentar nuevos cargos del área de Cultura, Marzà arremetió una vez más contra las «formas» del ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, a quien recriminó por no convocar a los responsables del área en las distintas autonomías «para dialogar y llegar a acuerdos en conferencia sectorial. Nosotros estamos agotando las vías de diálogo, lo que demuestra que estamos al lado de la ciudadanía, y n0 como un ministerio en funciones que no sabemos muy bien qué es lo que está haciendo», significó.

De esta forma explicó el conseller su ausencia, ayer, junto a representantes de otras diez comunidades autónomas, a la reunión técnica que había convocado el propio ministro Méndez de Vigo, quien subrayó por su parte la seguridad de que se celebrará la reválida de sexto en todas las comunidades «porque la ley hay que cumplirla».

Eso sí, quiso tranquilizar a las familias sobre la finalidad de este examen externo e igual para todos los alumnos de sexto de Primaria. Explicó que no puntuará a los alumnos y que únicamente servirá para diagnosticar la calidad de la enseñanza que se imparte en cada centro educativo. También significó que no hará públicos los resultados para evitar que se hagan ranking de centros, como se le había solicitado.