Una juez ha tumbado la licencia otorgada por el Ayuntamiento de Alicante para construir un edificio de viviendas de lujo en la parcela del antiguo hotel de El Cabo, según la resolución a la que ha tenido acceso este diario. La magistrada señala que la licencia de obra, aprobada por decreto con fecha del 3 de mayo de 2012, jamás debería haber sido aprobada, ya que el proyecto contenía unas deficiencias «insubsanables por tratarse de auténticas vulneraciones de la normativa en vigor, que ya fueron en su momento denunciadas», según argumenta la sentencia.

El fallo del juzgado de lo Contencioso-Administrativo número cuatro de Alicante anula el citado decreto por «no considerarlo ajustado a derecho» y ordena al Ayuntamiento que proceda a la revisión de oficio de la licencia en su día otorgada para declarar su nulidad. «Una vez decretada, deberá dar lugar a la incoación del oportuno expediente de restauración de la legalidad urbanística», ordena la juez, que además condena expresamente al Ayuntamiento de Alicante a pagar las costas del procedimiento. El fallo no es firme y contra él cabe recurso ante la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad. La juez dice que le «sorprende» que pese a las múltiples denuncias, alegaciones e informes periciales presentadas por los vecinos se hubiera mantenido con una «actitud pasiva» y no paralizara las obras hasta el año 2014, cuando la estructura del edificio ya se había levantado, «a la vista del error patente en el que se había incurrido al conceder la licencia». La licencia se concedió con la edil Marta García Romeu (PP) al frente de Urbanismo.

Los antecedentes de este proyecto se remontan al año 2003 cuando el Ayuntamiento concedió permiso a la promotora Inversiones AM 2000, radicada en Madrid, para rehabilitar el hotel de El Cabo. Un año más tarde la mercantil cambió de idea y solicitó destinar el inmueble a viviendas, pero tropezó con el veto de Costas al ocupar parte del inmueble la zona de servidumbre marítimo terrestre. En diciembre de 2009, la concejalía de Imagen Urbana ordenó la demolición del antiguo hotel ante su deterioro, mientras la empresa intentaba sacar adelante el proyecto. Así, el 11 de marzo de 2011 la promotora volvió a presentar licencia para un edificio de 13 viviendas distribuidas en ocho plantas, tres más de las que tenía el hotel, aunque sostenía que respetaría la condición de no sobrepasar la edificabilidad del citado hotel. Esta petición se denegó en la primavera de 2012, al no subsanarse los reparos de los técnicos municipales. El informe hablaba de hasta 17 incumplimientos en el proyecto. Sin embargo, semanas después la promotora vuelve a solicitar licencia y la obtiene sin ningún reparo el 3 de septiembre de 2012, tras una tramitación en verano y con algunos de los técnicos que pusieron reparos de vacaciones.

La magistrada Maria Begoña Calvet argumenta que la licencia de obra mayor que amparaba las obras ejecutadas, «jamás debió ser concedida». Entre los «fallos insubsanables» del proyecto, la juez cita la proyección de sombras sobre la playa, un aspecto sobre el que ha sido unánime la opinión de todos los peritos. El proyecto «no contenía una justificación válida del cumplimiento de este artículo (...) no sólo por partir de un error en la orientación del edificio, sino además por no basarse en cálculos y métodos testados para llegar a un resultado rigorista que permitiera afirmar que el edificio no iba a proyectar sombras», argumenta la juez. En este sentido, considera «una negligente concesión» la actitud del Ayuntamiento y recuerda que ya en septiembre de 2011 fue advertido de este problema, por lo que no entiende que «le baste un mero plano -insuficiente y escueto en palabras de los peritos- para considerar solventado este escollo sin realizar la más mínima comprobación, ni exigir una justificación con mayor rigor». Otros de los incumplimientos del proyecto, según la sentencia, es la normativa en materia de retranqueos respecto a los linderos, ya que no se ajustaba a las dimensiones que debería tener.