¿Qué opinión tiene de que el Consell estudie implantar una tasa turística siguiendo el camino que en su día puso en marcha Cataluña y acaba de aprobar Baleares?

El último regalo que le haríamos al turista sería cobrarle dos euros en la recepción cuando se van del hotel. Y esa no puede ser la última imagen que se lleven de nosotros. Es feo, muy feo, cobrar a un turista por venir ¿Nos podemos imaginar que en un restaurante nos cobren una tasa por entrar al pagar la cuenta? Estamos viviendo un momento de éxito turístico que no es real. Cuando los destinos del Norte de África despierten debemos tener mucho camino recorrido para ser más competitivos.

Entonces, no se lo cree.

Esta medida no hará al sector más competitivo. Debemos de eliminar cualquier barrera, por pequeña que sea, para que el turista venga. Es más, debemos hacer todo lo posible por ser el destino con menos trabas de Europa. Ni siquiera veo bien que se implante aunque el dinero recaudado se revierta después en el sector. El daño es mucho mayor que los ingresos. Y sobre todo, ese daño es más silencioso. El problema añadido es que al principio muchos hoteles tendrían que asumir esa tasa como medida comercial, pues ya tienen precios negociados con touroperadores.

Los empresarios sostienen que en la Costa Blanca el modelo lo impide. ¿Comparte este mensaje?

Una parte muy importante de nuestra oferta es vivienda vacacional y es mucho más complicado aplicarla. La tasa, como casi todas las tasas, se aplica a los más fáciles de controlar, que son los hoteles pero que, además, son quienes ya tienen una infinidad de regulaciones e impuestos con los que cumplir.

¿Se le ocurre alguna fórmula recaudatoria ligada al turismo sin tener que recurrir a gravar la estancia de los turistas?

La mejor manera de recaudar es impulsar el sector y mejorar su calidad y su formación. No se trata de que vengan más turistas, se trata de que vengan mejores. La gran fórmula fórmula a corto plazo es crear un gran y eficiente plan contra la oferta ilegal. Es fácil, la información está en internet. Si queremos recaudar más del turista, podemos hacerlo por muchas vías. Gravemos y penalicemos el excursionismo, a la gente que viene de paso y no pernocta, que genera muchos más costes que beneficios.

Suena duro.

Pongamos servicios extras en playas y recursos públicos por los que se pueda cobrar (duchas, cambiadores...). Pero que sea efectivo en recaudación. Y, sobre todo, tengamos en cuenta que no podemos morder la mano que nos da de comer.

Los hoteleros reclaman al Consell que mejor haría por controlar la oferta alegal de alojamiento, también conocido como «sumergido». ¿Podría ser un camino?

Como he dicho es el más fácil. Y tendría tres patas: La comunicación, la sensibilización y la ampliación de la plantilla de inspectores orientados a resultados y sanciones ejemplares disuasorias a los no regulados.