Las escuchas del caso Rabasa revelaron la supuesta connivencia entre el dueño de Isjoma y el exjefe de Atención Urbana Víctor López. En una conversación de 2008 interceptada al empresario Enrique Ortiz éste le presunta a su hermano: «¿cómo se llama el amigo de Víctor que alquila sillas y escenarios? ¿Es Isjoma?». Interés que obedecía a la intención del promotor de concurrir juntos a la contrata de seis millones que había salido. «Primero tienes que llamar a Víctor y decirle que queremos presentarnos a este concurso, queremos ir con Isjoma», mercantil que la final se hizo con el contrato que acabó anulando el TSJ. M.G.