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La Torre Conde no se libra de los piratas

Los vándalos llenan de grafitis el inmueble defensivo del siglo XVI, declarado BIC

La Torre Conde no se libra de los piratas

La Torre Conde, una de las edificaciones defensivas de la Huerta de Alicante declarada Bien de Interés Cultural (BIC), no se libra de los piratas. Esta vez, de los del siglo XXI. Los vándalos han llenado de pintadas este monumento levantado en el siglo XVI sin respetar ni la fachada ni el interior, donde los grafitos de la época con barcos antiguos conviven con los garabatos y pintadas obscenas dibujados con espray. Algunas pintadas son recientes, realizadas durante la romería de Santa Faz.

Aunque la torre, de propiedad privada, se encuentra restaurada, su estado de abandono es evidente. Alrededor se acumula basura, mantas y restos de botellón. A simple vista, la torre se encuentra rodeada de pintadas, tanto en la base como en la parte más alta de la misma, pero también hay restos de botellón y pintadas en su interior.

La Torre Conde fue construida en el siglo XVI para proteger la Huerta de Alicante de las incursiones de los piratas, con una campana en lo alto desde la que se avisaba a los vecinos. Forma parte del conjunto de torres de vigilancia y refugio que se reparten por toda la huerta alicantina y se localiza en el entorno de la Santa Faz, en la zona próxima a la Albufereta. Entre sus singularidades están los grafitos antiguos de barcos en sus paredes. Tiene una altura de más de siete metros y medio y tres pisos, además de un semisótano. Todavía se conservan algunas ruinas de la vivienda y bodega que se construyeron junto a ella y un arco de medio punto en la zona por donde se accede al interior.

Desde la asociación cultural Alicante Vivo lamentan la agresión al monumento. «Es una vergüenza que un baluarte defensivo del siglo XVI esté abandonado a su suerte y que los ataques vandálicos nos priven de este conjunto si el Ayuntamiento no actúa de forma contundente e inmediata», considera el miembro de la asociación, Alfredo Campello, quien reclama que «tabiquen el acceso».

Los vecinos de la zona también lamentan la agresión al patrimonio así como el abandono y la falta de vigilancia de la torre. «Me da pena que la gente haga esto y no respeten la historia», sostiene Concepción Rodríguez, quien paseaba junto a un grupo de vecinos por la zona. Otro de los vecinos, Juan Moral, agregó que «los monumentos que hay deben ponerse en valor y estar más vigilados». En ello coincidía Hugo Miralles, quien proponía cercar la torre para evitar que los vándalos accedan a ella. «Si es particular, los dueños deben arreglarlo y, si no pueden, cederlo a la administración para que la cuide», consideró este vecino. Miguel Guex incidía en que «está todo lleno de pintadas y cochinadas».

Celia Rancelot

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