El Ministerio de Agricultura ha abierto esta semana un nuevo frente con la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó al comunicar a los regantes que tendrán que dejar de extraer de los acuíferos un total de 53,6 hm3 de agua de gran calidad, que deberán ser sustituidos por el caudal que llegue desde el Azud de la Marquesa, donde en muchos meses del año se ha detectado la aparición de pesticidas. En concreto, los agricultores del Vinalopó y l´Alacantí deberán dejar de extraer agua de los acuíferos de la sierra de Castelar -antiguo Jumilla-Villena-; Sierra de Salinas; El Reglot (La Romana) y Sierra de Oliva. No así los murcianos, que comparten los pozos pero están exentos al pertenecer a la demarcación hidrográfica del Segura.

Los regantes presentaron esta semana su queja a la Confederación del Júcar ya que, al margen de los reparos por la calidad del agua, consideran que se está produciendo un agravio comparativo en relación a los agricultores de Murcia. Los acuíferos son compartidos con la Confederación del Segura pero ésta, que depende del Ministerio de Agricultura, no exige lo mismo a los regantes murcianos, que seguirán sacando agua y, por lo tanto, aumentando la sobreexplotación de los acuíferos. «De qué sirve que nos obliguen a nosotros a cumplir cuando en Murcia van a seguir sacando agua de los mismos pozos», subraya Andrés Martínez.

El acuerdo para aceptar el trasvase Júcar-Vinalopó desde Cullera (la toma de agua en Cortes de Pallás es hoy una quimera) provoca que el agua sólo sirva para riego y unos meses al año, pero los regantes sí deben cumplir las exigencias de Bruselas, que obliga a sustituir el agua de los acuíferos por la del trasvase.

El Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante viene denunciando, prácticamente desde el mismo día en que se cambió la toma, que el agua del Júcar que el Gobierno envía a la provincia para regar (en estos momentos hay firmados 15 hm3 pero la previsión es llegar a 50 hm3), cuenta en muchos meses del año con restos de insecticidas que vulneran las normas de calidad.

En concreto, los informes coordinados por los catedráticos de Análisis Geográfico Regional, Antonio Rico, y Antonio Gil Olcina, han alertado de que en ocasiones han aparecido restos hasta de pesticidas como el selenio o los clorpirifos, así como sustancias fecales, producto de los vertidos al cauce de caudales mal depurados o retornos de riego. La situación ha mejorado, no obstante, en los últimos meses, producto de la suelta de caudales desde el embalse de Tous.

Según lo informes del Instituto, cuando en el Azud de la Marquesa no circulan caudales superiores a 5 m3/segundo, de forma casi sistemática aparecen problemas de contaminación por coliformes fecales y por pesticidas calificados como peligrosos. Cuando el caudal sube a 10 m3/segundo, la contaminación se diluye, pero «esos caudales proceden de la suelta de agua desde Tous y son recursos de calidad, que sirven para beber y también para regar hortalizas, y que también podrían transferirse desde Cortes, si se completasen los tres tramos de túneles que faltan por construir del proyecto original que se anuló en 2005», subraya Rico.

El catedrático denuncia que «el trato que se está dando a la provincia de Alicante es discriminatorio. Desde septiembre y debido a las precauciones que hay que tomar para la prevención de avenidas, el embalse de Tous suelta agua que llega a la desembocadura y de calidad. ¿Por qué no aprovechar ese caudal para enviarlo desde Cortes al Vinalopó y la Foia de Castilla y así abastecer de agua potable a 300.000 personas? Con la solución tomada una parte de los alicantinos estamos condenados a beber agua de acuíferos sobreexplotados que llegarán a agotarse».