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El Ayuntamiento acepta beber agua desalada pero no que el precio se dispare

El edil de Medio Ambiente ve lógico usar las plantas, ya que ya están construidas

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El Ayuntamiento de Alicante aceptó ayer el hecho de que a medio plazo la ciudad de Alicante vaya incorporando a sus redes de distribución de agua potable el caudal procedente de la desaladora de Mutxamel. Agua más cara y que debe mezclarse para su posterior consumo, pero que garantiza que la ciudad se blinde de por vida ante cualquier riesgo de sufrir cortes en el suministro. La sequía se impone y los recursos de los ríos son los que son, como ayer recordó Víctor Domínguez, concejal de Medio Ambiente y responsable del ciclo hídrico.

El edil aseguró, no obstante, que el Consistorio tratará de que el consumidor sea el menos afectado por la presumible subida del precio del agua desalada, ocho veces más cara que la del trasvase del Tajo, o que la que se extrae de los acuíferos. Domínguez subrayó, por otra parte, que tienen que ser las empresas suministradoras y otras administraciones públicas quienes velen por contener los precios. En estos momentos, el agua que sale del grifo en Alicante procede en un 29% de los acuíferos de Medio y Alto Vinalopó, y un 71% de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, que se ha visto obligada a comprar más agua desalada para garantizar el suministro de los 54 municipios de la provincia que dependen del caudal que gestiona el Taibilla.

«Alicante lleva ya un tiempo consumiendo agua desalada aunque desconozco en qué porcentaje, pero no me parece mal teniendo en cuenta hay unas desaladoras por gestionar y siempre que se cumplan estrictamente las condiciones sanitarias para la población», explicó Domínguez, quien enfatizó que «se han construido las plantas y los caudales de los ríos están como están, por lo que me parece correcto recurrir a la desaladora de Mutxamel», subrayó el edil de Medio Ambiente.

El Ministerio de Agricultura ha llegado a un acuerdo con la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó para incorporar la desaladora de Mutxamel al proyecto, lo que se traducirá en que, en una primera fase, 7 hm3 de la planta se destinen todos los años a reforzar el abastecimiento de Alicante, Sant Joan, San Vicente, Mutxamel y El Campello, como parte de esos 30 hm3 de agua potable que deben obtenerse para la firma del convenio de explotación. La adhesión de la planta que desala agua del mar captada en El Campello -inicialmente se proyectó para abastecer a la viviendas del plan Rabasa y completar el suministro de Benidorm- se produce por la obligación de cerrar acuíferos en el Vinalopó y, a la vez, la necesidad de garantizar el abastecimiento urbano en los municipios de l´Alacantí adscritos al Júcar-Vinalopó. Algo que provocará un aumento del consumo de agua desalada en Alicante y su comarca en un porcentaje similar a la que recibe desde el Tajo vía Mancomunidad de Canales del Taibilla. Actualmente, el Taibilla utiliza un 25% de agua desalada.

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