La renegociación de hipotecas se hunde. La caída del Euríbor -el índice de referencia- y la mejora de la situación económica han provocado que el pasado año se cerrara con 10.569 modificaciones de préstamos hipotecarios en la provincia. Esta cifra es la más baja en la última década y se sitúa muy lejos de la que se registró en 2009, cuando la crisis ya golpeaba con fuerza a las familias alicantinas. Los datos que acaba de hacer públicos el Instituto Nacional de Estadística (INE) sacan a la luz que 2015 fue el ejercicio con menos renegociaciones desde que se contabilizan las series históricas.
Fuentes bancarias confirman que dos son los motivos principales. El primero, el desplome del Euríbor. En 2008, cuando las turbulencias económicas provocaron que muchos propietarios se vieran atados de pies y manos para hacer frente a sus letras, el indicador alcanzó el 5,45%. Hoy, con el país en proceso de recuperación, se encuentra en negativo. El Banco de España ha certificado que el Euríbor despidió el mes de marzo en el -0,012%, la segunda tasa mensual negativa de su historia.
La consecuencia directa de este progresivo descenso es el abaratamiento de las cuantías que los propietarios han de abonar a su entidad financiera todos los meses. O, dicho de otra forma, la reducción en el pago de intereses. Y es que la gran mayoría de los préstamos hipotecarios que se firman en las comarcas alicantinas tienen como referencia el Euríbor. El banco o la caja tiene en cuenta ese índice, pero le aplica un diferencial. Cuando el Euríbor marcaba máximos históricos, las propias entidades ofrecían diferenciales de incluso el 0,35%. Pero a medida que el índice fue descendiendo, los bancos y cajas incrementaron el otro porcentaje. Y ahora, raro es encontrar algún banco o caja que ofrezca menos de un 1%. Y eso, si contratas con ellos todo tipo de productos. Sobre todo, seguros de vida, vivienda, salud o automóvil, tal y como admiten fuentes bancarias.
La segunda causa que ha contribuido a reducir la renegociación de hipotecas en la provincia ha sido la mejora económica. Las listas del desempleo se han ido reduciendo durante los últimos meses, el consumo ofrece síntomas de reactivación y muchas familias ya pueden hacer frente a las letras de su crédito hipotecario. Gracias, en parte, a que muchas ya renegociaron las condiciones de su hipoteca años atrás. Según los datos del INE, se han contabilizado un total de 176.594 modificaciones desde 2009 hasta 2015.
Éstas pueden ser de tres tipos. La primera, la novación. Es la renegociación con tu propio banco y la más frecuente. La segunda y la tercera son con otras entidades, y se conocen como subrogación del deudor o del acreedor.
