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Los horarios en la enseñanza

La jornada continua escolar, en el punto de mira

La posibilidad de cambiar el horario en los colegios que ultima Educación pone sobre el tapete la heterogénea variedad de jornadas escolares existentes

La jornada continua escolar, en el punto de mira

Los informes Eurydice sobre la marcha de la Educación en los distintos países europeos muestran tanta variedad de tipos de jornada escolar jornada escolarcomo países existen. Las tipologías se multiplican asimismo si descendemos al ámbito regional o autonómico. ¿Acaso no existe un tipo de jornada escolar considerada como ideal a nivel global?

Investigadores del ámbito educativo consultados al efecto en la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante, coinciden en subrayar que la jornada más adecuada es la que responde a las necesidades de la comunidad educativa a la que presta sus servicios, conclusión que remite a otros factores vitales como el horario laboral, el clima, la cultura, y un largo etcétera. Eso sí, siempre partiendo de que la organización de los tiempos escolares debe responder a «criterios pedagógicos» para primar el interés del alumnado.

Sobre el papel, la elaboración de un proyecto pedagógico es la premisa que abandera la Conselleria de Educación en su regulación de la jornada escolar continua, que se ha comprometido a concluir el mes próximo para abrir la posibilidad de elegir el horario que prefiere cada colegio.

A este respecto, el catedrático de Psicología Evolutiva, Juan Luis Castejón, apunta un principio a respetar en el aprendizaje: «La práctica distribuida es mejor que la masiva». Lo que significa que «es mejor hacer dos horas en momentos distintos que dos horas seguidas en un mismo momento; que aunque la jornada sea continua, debe de haber periodos de descanso entre asignaturas».

Vicente Carrasco, doctor en Didáctica y Organización escolar, pone asimismo el acento en el «índice de fatigabilidad de los alumnos», como también se fatiga cualquier persona en su actividad vital. Y en función de esos índices de fatiga, Carrasco argumenta la distribución de las materias del currículum en los espacios escolares. «Presumiblemente, las más onerosas convendrá hacerlas en los inicios de los horarios escolares, al ser las que requieren mayor dedicación, esfuerzo, capacidad y aplicación de las competencias de aprender. El dibujo libre no obliga al mismo esfuerzo que la tabla de multiplicar», aduce.

Los estudiosos del tema no entran a valorar cuestiones de índole social, pero advierten de la innegable conexión de la jornada educativa con la correspondiente organización social que le rodea, lo que provoca las distintas varas de medir y desencuentros «cuando la estructura vital del país de que se trate resulte irreconciliable con la estructura escolar».

Defienden por lo mismo una organización laboral y civil de la jornada de trabajo y de vida de los ciudadanos para «hacerla armónica con la de los estudiantes. Descansos como los que tenemos de dos y tres horas en la jornada laboral hacen muy difícil conciliar la vida familiar, educativa y laboral», subrayan.

Y llegados a este punto, miramos hacia los vecinos europeos. Finlandia, Alemania, Dinamarca o Austria se decantan por la jornada lectiva de mañana, y parcialmente en Bélgica, Países Bajos, Reino Unido, Suecia e Italia que coinciden en tener menos descanso a mediodía. Grecia, ante la insuficiencia de centros, imparte clases de mañana o de tarde.

En cualquier caso, los expertos descartan que el mayor o menor rendimiento académico de los estudiantes tenga que ver con el modelo de jornada, frente a la organización pedagógica de los tiempos escolares.

Un vistazo a los resultados de la última evaluación global del alumnado en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, PISA, constata que países que se sitúan en los puestos superiores o inferiores de las tablas de resultados en Matemáticas, Ciencia y Lectura, aplican horarios escolares de jornada continua o partida indistintamente.

Lo que resulta innegable es que España figura en todos los casos por debajo de la media tanto europea como mundial (entre los países de la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Los resultados difieren asimismo entre autonomías que coinciden en organizar los tiempos escolares con jornadas continuas, como es el caso de Ceuta, Baleares, Canarias o Andalucía, que arrojan un fracaso escolar superior a la media estatal -de ahí que no figuren en el cuadro anexo-; mientras que Asturias o Castilla y León, con ese mismo tipo de jornada, superan la media académica mundial y europea.

Por otra parte, autonomías como las del País Vasco, Aragón, Cataluña, Navarra o Madrid, que no han implantado la jornada continua en sus colegios, ofrecen resultados educativos que superan la media, mientras que la Comunidad Valenciana, con estos mismos tiempos escolares, se encuentra a la cola del éxito escolar.

Plataformas

En la Comunidad, en concreto, se ha creado una plataforma de familias específica para la defensa de la jornada única, aunque su lema es el de «la libertad de elección». Hasta el momento, de los 31 colegios que han implantado este tipo de jornada de modo experimental bajo las directrices marcadas por el anterior Consell del PP, la gran mayoría pertenecen a la provincia de Alicante, hasta 23.

Desde la Conselleria de Educación aseguran disponer de un registro con todas las peticiones que en años anteriores les han llegado para cambiar la jornada, entre las que figuran hasta 130 de la provincia de Alicante, 22 de Valencia y apenas 2 de Castellón, todas ellas de centros públicos. ¿Y los concertados, que quieren?.

El borrador de la orden que por primera vez regulará la organización de la jornada continua en todos los centros sostenidos con fondos públicos, concreta que los colegios públicos tienen que iniciar el proceso con una votación del consejo escolar primero y del claustro a continuación. En la enseñanza concertada ese primer paso corresponde a los titulares de los centros, y no están por la labor.

La Mesa por la Educación en Libertad, constituida por padres y colectivos de los centros concertados y privados de la Comunidad, ha elevado incluso un escrito al Síndic de Greuges porque consideran que «se va a condicionar el derecho de las familias a conocer a priori un tema tan importante como es el horario de los centros educativos donde van a matricular a sus hijos», como apunta el portavoz. Entiende que el cambio «afecta a las relaciones laborales de los docentes, al personal de administración y servicios, a la organización y conciliación de la vida familiar y laboral, tanto como a la elección de las familias».

Y al peligro de que, acabando las clases a las 14:00 horas, las familias dejen de pagar el comedor progresivamente, principal fuente de ingresos en estos centros, lo que tampoco contribuye a que los titulares vean con buenos ojos ese cambio.

En los centros públicos, Educación asegura las becas de comedor y obliga a la comunidad educativa y a los ayuntamientos a implicarse en unas actividades extraescolares vinculadas al proyecto educativo de centro, manteniendo abierto el colegio hasta las 17:00 horas, el mismo tiempo que con la jornada partida.

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