Decenas de agentes de policía vigilaron que el botellón no se desmadrara. Sin embargo, tal como pudo comprobar este periódico, al menos hasta las 14 horas no se multó ni se pidió documentación a los chavales que consumían alcohol en el paseo o en la arena para comprobar si eran mayores de edad. Conforme la romería terminaba, los agentes de la Policía Local y Nacional se desplazaban a la zona para reforzar el dispositivo de vigilancia.