«Bienvenidos a compartir esta mañana tan maravillosa de misericordia». Con éste y otros cálidos mensajes fueron recibidos ayer los cerca de tres mil escolares de una veintena de colegios de Alicante conforme iban llegando a la explanada situada en la puerta principal del monasterio de Santa Faz, donde se sentaron para cantar, almorzar y conversar. Los peregrinos más jóvenes accedieron a la plaza Luis Braille desde todos los rincones de Alicante, caminando desde los colegios, campo a través y por la avenida de Dénia en una sorprendente romería, la escolar, que año a año es más numerosa.

Así lo atestiguaron los profesores del Jesús y María CEU, centro que suma más de 15 años llevando a sus alumnos a pie hasta el monasterio un día antes de la Peregrina Oficial para que conozcan in situ lo que es la Reliquia de la Santa Faz y el lugar donde se custodia. Por ello, no dudaron en sumarse a la Peregrina Escolar cuando el Obispado y la capellanía la organizaron hace tres años de forma oficial. «Es una tradición muy arraigada y se trabaja en clase con fichas, vídeos y dibujos para que tenga un sentido. Y preparamos peticiones», explicó la jefa de estudios de Primaria, Beatriz Olivares.

Entre los que llegaron primero estaba el colegio Azorín. A sus alumnos les encanta ir, como a Carles Yago y Aldara Ribelles, de sexto y quinto de Primaria. «Nos lo pasamos muy bien con los amigos y luego pasamos a la iglesia a ver la cara de Jesús», coincidieron ambos alumnos, que repetirán estos días con sus familias. Se sumaron el colegio San José; Teresianas; Salesianos; Gloria Fuertes; Agustinos, cuya alumna Victoria Sánchez pensaba pedir a la Santa Faz que todos en su familia estén bien «y aprobarlo todo»; San Francisco de Asís; o el Isla de Tabarca, que está en el barrio Virgen del Carmen, con 32 estudiantes. «Les gusta venir y en el colegio lo trabajamos porque les llama la atención que haya personas que vienen de rodillas o descalzas», dijo una profesora. Colegios públicos, privados y concertados se dieron cita «Juntos en busca de tu faz», como rezaba uno de los grandes carteles del escenario desde donde sonaron canciones a los acordes de la guitarra. Después, departieron con el obispo, que entregó los premios de redacción y dibujo de Santa Faz.