Miles de jóvenes abarrotan la arena de la playa de San Juan en un inmenso macro botellón. En la zona ubicada frente a un conocido restaurante de comida rápida no cabe un alfiler. Ocho agentes de Policía Nacional vigilan para que no ocurran incidentes, aunque no están impidiendo que menores de edad consuman alcohol. Muchos chicos y chicas ya muestran evidentes signos de embriaguez y de vez en cuando se oye el sonido de ambulancias de en la zona. Los vecinos, por su parte, se quejan de que cada año el macro botellón va a más, sin que ninguna autoridad le ponga freno.