Ambiciosos. Así se mostraron ayer autoridades y fieles que acudieron al ensayo de la apertura del camarín de la Santa Faz. En el monasterio, y tras probar que las cerraduras funcionan a la perfección, los concejales síndicos, el capellán de Santa Faz, las monjas clarisas y un grupo reducido de fieles coincidieron en el deseo de que el Papa Francisco acuda a Santa Faz durante su mandato. No parece un objetivo sencillo, pero el responsable del monasterio se comprometió a trabajar para que, por primera vez, un Pontífice visite la Santa Faz en Alicante. Eso sí, reclamó el apoyo de todos, entre ellos, de los ediles socialistas.

Y es que este año, son dos concejales del PSOE -uno, como suplente- los encargados de custodiar dos de las cuatro llaves del camarín de la Reliquia. Las otras dos están en manos de las monjas clarisas de la Santa Faz, ayer representadas en la abadesa Sor Expiración y Sor María Clara.

El ensayo de ayer, que sirvió para recrear lo que sucederá el próximo jueves después de que la comitiva oficial complete la Peregrina, contó con alguna que otra anécdota, como ya es tradición. Por ejemplo, que el concejal síndico, Carlos Giménez, tuvo que pedir ayuda al capellán porque no conseguía introducir en su abertura las llaves que se guardan en el Ayuntamiento. «¿En qué cerradura van?», se preguntó el edil de Recursos Humanos. Rápido subió el capellán para echarle una mano. «Yo tampoco lo recuerdo nunca...», admitió Casanova, en descargo del novel síndico. Sin embargo, en breve solucionó uno de esos problemas que, casi año tras año, se repiten. Finalmente, ya con las cuatro llaves en sus respectivas cerraduras, el responsable de la monasterio sacó la Santa Faz de su camarín, un gesto que sucedió hace dos meses, cuando la Reliquia abandonó su ubicación habitual para trasladarse hasta Orihuela con motivo del Año de la Misericordia, en su viaje más largo en los últimos 500 años. Esta vez, sin embargo, es distinto, según admitió el propio edil socialista. «Me siento más orgulloso de abrir el camarín para los alicantinos. Es una experiencia única, siento mucha responsabilidad», aseguró ayer Giménez, que no dudó en besar la Reliquia cuando estaba en manos del capellán. Tampoco desaprovecharon la oportunidad las propias monjas clarisas y el resto de fieles presentes en el tradicional ensayo previo al día grande de la Santa Faz. Fue el propio capellán el que invitó a que los testigos de la apertura se acercasen a la Reliquia. Pocos dejaron pasar la ocasión.

El ensayo también sirvió para escuchar las primeras peticiones a la Santa El capellán reclamó unidad, porque «juntos podemos hacer muchas cosas». Más concreta fue una de las fieles que acudieron a las pruebas en el camarín. «¡Por los inmigrantes!», dijo la mujer en voz alta, una petición que repitió minutos después, como para intentar que no cayera en saco roto.

Una vez la Reliquia volvió a su camarín, a la espera de que llegue el próximo jueves, las autoridades y el resto de presentes empezaron a hablar de futuro. Ahí apareció el nombre del papa Francisco, entre otros. «Cuando menos lo esperemos, entonces vendrá», añadió Sor María Clara, poniendo voz al deseo de los presentes.