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Luis Barcala: «Si el tripartito fuera escrupuloso, Ortiz no cobraría 800.000 euros al mes de contratos caducados»

Tras cuatro años como concejal, Bercala asumió hace tres meses el cargo de portavoz del PP

El portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alicante, Luis Barcala. héctor fuentes

Tras algo más de cuatro años como concejal de Alicante, Barcala (1962) asumió hace tres meses el cargo de portavoz municipal del PP, después de la marcha de Sánchez Zaplana al Senado. Desde un segundo plano, al que obliga la oposición, ha sido testigo de las crisis internas del tripartito. Esta semana, se ha enfrentado al alcalde por la liberalización comercial. Al final, ni la propuesta de uno ni la del otro salieron adelante.

La actualidad manda. ¿Conoce usted la existencia de una caja B en el PP de Alicante, como sostiene la UCO de la Guardia Civil?

Yo no sé absolutamente nada, no tengo constancia de que haya habido una caja B en el PP de Alicante. También es cierto que las responsabilidades que tenía en el partido no me daban acceso a esa información, en el caso de existir.

¿Pondría la mano en el fuego por sus compañeros del PP?

En política, no se puede poner la mano en el fuego por nadie. Yo la pongo por mí mismo, que es por quien respondo. Sí que me consta la cantidad de gente honesta que conozco dentro del PP, que trabaja hace años por el partido a cambio de nada. Pero, ¿la mano en el fuego? Si todos pusiéramos la mano en el fuego por nosotros mismos, tendríamos muchos menos problemas.

El PP, en Valencia, ha suspendido a sus concejales por blanqueo de dinero. ¿Ha sido testigo usted de algo así en Alicante?

No, yo pago una cuota ordinaria. Luego, en determinados momentos, como las campañas, se dan donaciones extraordinarias. Pero todo, la cuota y las donaciones, las he realizado ajustándome a la normativa de financiación.

O sea que a usted, en contra de lo que ha sucedido en Valencia, nadie le ha devuelto su aportación en billetes de 500 euros...

Nunca, en absoluto. En la pasada campaña electoral, teníamos un tope bajísimo, unos 18.000 euros. Nos ajustamos escrupulosamente a ese gasto. No tenemos nada que ocultar.

El empresario Enrique Ortiz, máximo contratista del Ayuntamiento, ha admitido ante el juez haber financiado ilegalmente al PP de la Comunidad. ¿Qué siente tras leer esa confesión?

A Ortiz, sus abogados le habrán recomendado esa estrategia. Es una cuestión técnica, y más frecuente de lo que la gente pueda imaginarse. Lo que sucede es que las consecuencias que se extraen en este caso son enormes. ¿Ha confesado? No, Ortiz se ha conformado, da por buenos los hechos que se le imputan para solicitar una reducción en la petición de cárcel. Personalmente, cuando leí su confesión, la sensación que me quedó es de decepción.

¿Ha ganado el PP tantas elecciones por estar «dopado»?

No. De hecho, tras todos estos escándalos hemos pedido muchos votos, pero hemos seguido ganando elecciones. Aquí hay dos juicios, el propiamente jurídico, y el político, con las urnas. El PP ya está pagando el precio electoral por Ortiz y por otros casos de corrupción. Hoy, estamos en la oposición porque los ciudadanos nos han juzgado y nos han aplicado esa condena. Por eso debíamos estar en la oposición. Ahora tenemos que demostrar que igual que hemos apartado del partido a aquellas personas que están bajo sospecha, también hemos presentado a las elecciones equipos renovados de personas que no tienen que agachar la cabeza por esas cuestiones, que son honradas, honestas... Hemos reaccionados al correctivo ciudadano.

¿Alguna de las concesiones de Enrique Ortiz en el Ayuntamiento, todas adjudicadas con el PP, tiene vinculación directa con la financiación del PP?

Los procedimientos de adjudicación de contratos no dependen afortunadamente de los políticos, llevan un procedimiento muy riguroso. Enrique Ortiz concurrió a los concursos del Ayuntamiento, se valoraron sus ofertas y se le adjudicaron unos contratos. Eso sí, nunca se ha impugnado ninguna de esas adjudicaciones. Dicho lo cual, yo comprendo que algunos quieran conectar unas cosas con otras. Pero entonces, ¿por qué ahora mismo el señor Ortiz sigue ingresando todos los meses 800.000 euros por servicios prestados fuera de contrato? Hay que ser más coherente, y decidir ya si se licitan o se municipalizan, pero no seguir así donde el único beneficiario es Ortiz, que está cobrando servicios a unos precios que ahora mismo ya no están vigentes. Que el tripartito [PSOE, Guanyar y Compromís] no se dé tantos golpes de pecho cuando tienen en su mano la solución a gran parte de ese problema. El tripartito es muy escrupuloso, pero Ortiz está cobrando 800.000 euros al mes por contratos caducados.

¿Se ha avergonzado en algún momento de militar en el PP?

Nunca me he sentido avergonado del PP ni de su proyecto político. Uno se siente avergonzado y decepcionado de la conducta de algunas personas que aprovechando las siglas medran, escalan y se lucran. Me avergüenza que personas, para las que has trabajado, nos traicionen de esta forma.

¿Qué ha fallado en el PP? Porque cada es más evidente que no son casos esporádicos... De hecho, hay jueces que hablan de «organización criminal».

Hablar de organización criminal es muy fuerte, creo que no responde a la realidad, es una afirmación muy interesada. El PP no es una trama delictiva, aunque en algunos casos hayan sido muchas personas las que se han puesto de acuerdo para aprovecharse del partido. La corrupción no forma parte del pensamiento de la mayoría de los cargos ni de las bases.

Se habla mucho de regeneración, pero usted fue concejal con Sonia Castedo, doblemente imputada. ¿Se arrepiente de haberle sido «fiel», al igual que el resto del equipo de gobierno?

Esa situación no se vive igual desde dentro que desde fuera, la percepción es muy diferente. Cuando eres concejal, tienes una responsabilidad inmediata de gestión y a veces el trabajo del día a día te abstrae. Fueron momentos muy duros, todos lo pasamos muy mal, de forma individual no podíamos cambiar determinadas cosas. El momento decisivo eran las elecciones, ahí tuvimos muy claro que a las urnas teníamos que llegar con un cambio muy radical, no compartido por todos.

Siguiendo en el Ayuntamiento, el PP ha sido poco beligerante en el «caso Belmonte». ¿Es difícil exigir la dimisión de una concejala por contratos menores después de mantener meses a Castedo estando imputada?

Ahora estamos ante una cuestión ética política, estamos convencidos de que no hay ninguna ilegalidad. Nerea Belmonte se presentó a las elecciones bajo un código ético muy exigente, y luego tenía la obligación de cumplirlo. Belmonte ha dado motivos más que suficientes para demostrar que no tiene la responsabilidad necesaria para ser concejal, y más con los estándares que los alicantinos nos imponen ahora mismo los políticos. Entendemos que no dar explicaciones inmediatas y seguir de vacaciones es un desprecio hacia los alicantinos. No tener claras esas cuestiones es lo que nos mueve a pedir su renuncia. Al tripartito sólo le preocupa el coste político de esa falta de «estética» por parte de Belmonte.

¿Por qué cree que el alcalde «perdonó» a Marisol Moreno y no a Belmonte, con quien ha sido especialmente severo?

Estamos convencidos de que detrás de la dureza contra Nerea Belmonte están los equilibrios que el alcalde tiene que guardar dentro del propio tripartito para que sobreviva. Ante la imposibilidad de que EU tuviera ningún tipo de crecimiento, Pavón puso a la gente de EU en la lista y Podemos añadió los votos. La jugada le salió perfecta, pero entre esos seis concejales había una persona de Podemos. Luego en las elecciones generales, el escenario dio la vuelta y se empezó a dar una situación muy anómala dentro de Guanyar y del tripartito, porque Podemos pasó a ser socio de Compromís. Con el caso Belmonte se presentó una oportunidad de oro para desalojar a la edil de Podemos y que ingresase un edil de EU.

De ser así, les ha salido mal...

Belmonte ha interpretado esa jugada política y ha antepuesto otras razones a su propia imagen y a su ética. Ha preferido que Podemos no pierda el altavoz municipal. Al final, y esto es lo triste, se aparcan los intereses de los alicantinos y se impone la estrategia partidista. Eso no es nueva política, eso es política rancia. Se da la paradoja de que los que traían el cambio están proponiendo políticas viejas, que ya están caducas.

También se especula que la «pérdida» de un concejal por parte de Guanyar le viene bien a Echávarri, en un supuesto plan de girar a la derecha, cambiando a los de Pavón por Ciudadanos. ¿Ve real esta alternativa?

Las maniobras políticas ocupan todo el tiempo en el actual equipo de gobierno. Es cierto que Echávarri puede estar pensando en una futura ruptura del tripartito y que esté preparando un cambio... Si llega el momento de romper, debe tener una alternativa preparada. A eso están jugando.

La todavía edil de Podemos sembró la duda sobre concejales del equipo de gobierno, en referencia a los contratos menores. ¿Cree que saldrán nuevas polémicas en el tripartito?

Vamos a cumplir nuestro trabajo: fiscalizar y controlar.

En el último pleno, por primera vez en una votación de relevancia, el tripartito rompió la disciplina de voto. ¿Qué vida le da al actual equipo de gobierno?

El gobierno local no existe, son tres partidos que se han repartido el ayuntamiento, con una gestión independiente y descoordinada. Han demostrado que ni se hablan, se han llegado a retar y a amenazar. En los plenos, cada uno vota lo que le da la gana, llevan iniciativas en las que no se ponen de acuerdo, las mociones ya las presentan por separado... La sensación de desgobierno es absoluta. Y Alicante es la que pierde en esta batalla, no existe ningún modelo conjunto de ciudad, cada uno hace la guerra por su cuenta.

Y usted, ¿está satisfecho con su labor de oposición?

Hemos tenido un proceso de adaptación: del gobierno a la oposición. Ninguno de nosotros había estado en la oposición.

¿Es un trabajo ingrato?

Cuando asumes tu papel, lo que te importa es hacerlo bien. Vamos a hacer labor de oposición mejor que nadie, como también gobernaríamos mejor que nadie. El trabajo de nuestros concejales permitirá que el PP renueve en 2019 la credibilidad de los ciudadanos para volver a gobernar. Hemos pasado un temporada larga en la que no teníamos visibilidad porque el tripartito acaparaba toda la atención. Ahora, la oposición se la hacen ellos mismos.

Tras la marcha de Sánchez Zaplana al Senado, le ha tocado tomar las riendas del PP. ¿Se ve como próximo candidato?

No me lo planteo. Tenemos tanto trabajo en el grupo y en el partido que 2019 está muy lejos.

Da por hecho que en 2019 el PP seguirá existiendo...

Evidentemente. El PP es el partido más importante en Alicante, en la Comunidad y en España, aunque no siempre eso se traduzca en gobernar.

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