¿Cómo puede explicar que el PP se haya opuesto a la liberalización comercial?
Nos hemos opuesto a una propuesta del alcalde que no tiene ningún sentido. La liberalización total, de golpe, ataca al pequeño comercio, lo condena a pasarlo muy mal o incluso a desaparecer. La falta de justificación de todo o nada es absoluta, ha conseguido que sólo le respalde Ciudadanos, pero un alcalde no puede conformarse con algún apoyo, necesita un consenso más grande. Nosotros le planteamos condiciones: un plan de apoyo al pequeño comercio y una aplicación progresiva, para que el pequeño comercio se reforzase y poder así competir en igualdad de condiciones con los centros comerciantes. Pero nos encontramos con una actitud de «lo mío o nada». Sin diálogo es imposible sacar una propuesta adelante en los tiempos que corren. La nueva política del cambio se basaba en el diálogo y el consenso, es asombroso que presentase su propuesta sin comentársela ni a sus socios de gobierno. Ahora dice que como no ha salido adelante su plan, ya no va a haber liberalización. Se equivoca, ya se equivocó al cerrar el eje comercial de Maisonnave, luego al plantear pasar de la nada al todo, después al no buscar el consenso y lo ha rematado al rechazar cualquier posibilidad de acuerdo. Sólo le vale su postura. La conclusión es que el comercio seguirá cerrado por Echávarri. Nosotros apostamos por la liberalización, pero sin abandonar al comercio.
PSOE y Ciudadanos han vuelto a ir de la mano en este debate sobre el comercio.
Eso es muy gracioso. Yo pensaba que Ciudadanos apoyaría nuestra propuesta, porque coincidíamos en el planteamiento, pero no. Si es una de las cuestiones importantes de Alicante, ambos van juntos, será porque aspiran a seguir juntos en un futuro. Ahora, condicionar esa posible alianza está perjudicando a la ciudad. Nosotros no tiramos la toalla como lo ha hecho el alcalde, no vamos a abandonar a su suerte el comercio de Alicante. Vamos a trabajar para definir un modelo comercial para la ciudad, a seguir debatiendo nuestra propuesta con todos, ya que está abierta a aportaciones de todos los agentes del comercio. Nosotros sí creemos en la opción que planteamos, por eso también planteamos una mesa de diálogo sobre comercio.
Para gobernar una ciudad hoy en día, hace falta estar abierto al consenso y a las opiniones de los demás. Es muy difícil que uno tenga toda la razón. No se puede utilizar el Ayuntamiento como el sindicato de los trabajadores de una empresa concreta y con una finalidad tan concreta. ¿Lo siguiente qué va a ser?
El Corte Inglés ha anunciado que irá a los tribunales contra el Ayuntamiento de Alicante por lucro cesante. Como abogado, ¿qué recorrido ve a esa vía judicial?
Muchos abogados coinciden en que la reclamación de los centros comerciantes no tiene ningún recorrido, pero la de El Corte Inglés, sí. La arbitrariedad del alcalde les ha dado alas. Nosotros sabemos que la unanimidad es casi imposible, pero el consenso tiene que ser lo más amplio posible. Me pregunto si Echávarri va a tratar igual todos los temas importantes de la ciudad. Él se cree que está siempre en posesión de la verdad.
Cuando Echávarri anunció su nuevo plan, con "libertad total", usted salió enseguida ofreciéndole su voto, incluso le felicitó en público. ¿Qué ha cambiado?
En la rueda de prensa que dio el alcalde presentando su proyecto se habló de la liberalización comercial, de que se había consensuado con el comercio y que existía un compromiso con las grandes superficies sobre conciliación. Aparentemente pensamos que estaba corrigiendo su error anterior, por eso le felicitamos. Luego nos llevamos la sorpresa: no había nada firmado con las grandes superficies, los comerciantes negaron que se hubiese negociado con ellos... Nos dimos cuenta de que la realidad no era la que había contado el alcalde. Todo era precipitación por parte del alcalde, entonces nosotros formalizamos nuestra postura: liberalización, pero ordenada y justificada. El alcalde ha perdido miserablemente un mes, ha reventado el consenso. Ahora, un mes después, tenemos el mismo cierre de antes y una desconfianza absoluta de todos los actores. La liberalización ha sido su primer fracaso, pero no será el único, tiene un problema con sus formas.
