Si en algo coincidieron ayer todos los grupos con representación en el Ayuntamiento, salvo el PSOE, fue en reclamar «diálogo y consenso» al alcalde, Gabriel Echávarri, para impulsar el comercio en Alicante tras el fallido intento del dirigente socialista de ampliar la Zona de Gran Afluencia Turística (ZGAT) a toda la ciudad, incluidos los barrios.

El «número dos» del tripartito, Miguel Ángel Pavón (Guanyar), subrayó en su intervención que la propuesta de Echávarri no cuenta con el «consenso del comercio, ni del equipo de gobierno ni de los sindicatos», a la vez que subrayó que su formación sí se mantiene «coherente» y «fiel» al pacto de gobierno, que recoge el compromiso de limitar la apertura comercial. Pavón echó en cara a Echávarri que su iniciativa iba a crear «empleo precario» o incluso «destruir puestos de trabajo». El dirigente de Guanyar reclamó al alcalde «diálogo y consenso», ya que el comercio «afecta a muchos sectores».

Similar fue la intervención del portavoz del tripartito, Natxo Bellido (Compromís), quien criticó que la propuesta llevada a pleno por Echávarri impide el «equilibrio» entre los centros comerciales y el comercio de proximidad, además de asegurar que el «abierto total» carece de «garantías» para votarla a favor. De hecho, tanto Guanyar como Compromís se opusieron al plan de Echávarri, de igual forma que los populares. La alternativa del PSOE tan sólo contó con el apoyo de Ciudadanos, que hace apenas cinco meses también fue de la mano de los socialistas (en esa ocasión, junto al resto del tripartito) para revocar la anterior ZGAT, que permitía la libertad horaria en Maisonnave.

El portavoz del PP, Luis Barcala, consideró que el cambio de rumbo del alcalde sólo se justifica en que «ha sido un error» cerrar Maisonnave los festivos y también le instó a crear una mesa de diálogo para debatir el modelo comercial de la ciudad. «La responsabilidad es suya», le advirtió. Tras escuchar las explicaciones de Echávarri, el líder del PP consideró que «se cargó» la anterior zona de libertad horaria «porque quería echarle un pulso a El Corte Inglés para resolver el problema de unos trabajadores» y que sólo así se entiende «la prisa, la improvisación y la chapuza» de plantear su «todo o nada» en materia comercial. Barcala, abogado de profesión al igual que Echávarri, aseguró que «las demandas de los centros comerciales no pueden prosperar, pero sí la de El Corte Inglés y esa es la que le preocupa a usted». Tal y como avanzó este diario, esta gran superficie comercial podría reclamar cinco millones por pérdidas si sigue cerrada. En cuanto al plan de apoyo al comercio presentado por Echávarri, Barcala consideró que se ha realizado «en dos tardes para contentar a Ciudadanos». Pese a ir de la mano del alcalde una vez más en asuntos de comercio, el portavoz de la formación naranja, José Luis Cifuentes, también criticó la «falta de diálogo» de Echávarri.