Los socios del tripartito (PSOE, Guanyar y Compromís) están decididos a hacer el vacío a Nerea Belmonte la edil expulsada del equipo de gobierno por los contratos a personas de su entorno personal y político y aseguran que no pactarán con ella para sacar adelante sus iniciativas en los plenos, donde el tripartito se ha quedado en minoría. El alcalde, Gabriel Echávarri, afirma que antes de negociar con ella, se trataría de llegar a un consenso con los grupos del PP o Ciudadanos.

Belmonte participará hoy en su primer pleno como edil no adscrita a ningún grupo municipal y se sentará en la bancada de la oposición, previsiblemente entre los ediles Juan Francisco Escudero (Ciudadanos) y Marisa Gayo (PP). Su negativa a dimitir como le exigieron todos los partidos del tripartito le ha costado su expulsión del equipo de gobierno y su retirada de competencias en materia de Vivienda y Acción Social. La edil de Guanyar Julia Angulo las asumirá a partir de ahora. Belmonte se queda también sin sueldo (sólo cobrará 200 euros por asistir a plenos), sin asesores (el alcalde cesó ayer a Carlos Torres y Víctor Fernández) y hasta sin teléfono oficial. Tendrá despacho «si hubiera espacio», como indicó el portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, quien recordó que tendrá limitadas sus intervenciones en el pleno.

Un día después de ser expulsada y pasar al grupo de no adscritos, Belmonte optó por el silencio y no respondió a las llamadas de este diario, interesado en conocer cuál será su voto en un asunto importante para la ciudad como es la libertad horaria comercial. En este caso, si todos los grupos confirman hoy su voto, el de Belmonte no sería determinante.

No obstante, tras su expulsión, el equipo de gobierno se queda en minoría con 14 ediles de 29 en el Ayuntamiento. El equipo de gobierno tiene 14 votos, los mismos que suma la oposición (PP tiene 8 y Ciudadanos, 6). Por tanto caso de empate entre tripartito y oposición, el voto de Belmonte sería determinante para decantar la balanza a uno u otro lado.

Pese ello, desde el tripartito inciden en que no irán a negociar con ella para sacar adelante ninguna iniciativa. Así lo aseguró ayer el alcalde, Gabriel Echávarri, en declaraciones a la Cadena Ser en las que afirmaba: «Lo que tiene que hacer es dimitir y ser consecuente con lo que representa». En alusión a que Belmonte llegó a Guanyar procedente de Podemos, el alcalde agregó que «quizás Podemos sea esto; gente que venía a regenerar pero se aferra a los sillones y ha engañado a miles y miles de votantes». El primer edil incidió en que «no voy a hablar con ella ni para preguntarle lo que va a votar o no» y agregó que «no vamos a contar con ella para sacar adelante ninguna iniciativa». En el caso de aquellas que «por su voto pueda ser rechazada, nos tocará hablar con ciudadanos o con el PP e intentar consensuar», afirmó el regidor.

Desde Compromís, Natxo Bellido, le advirtió: «Que no se piense que yéndose al grupo de no adscritos se va a convertir en el árbitro del Ayuntamiento. Lo que debe hacer es dejar el acta y no la vamos a premiar por lo contrario. No vamos a ir a negociar con ella para tener 15 votos. Por encima de la aritmética está la ética».

El portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, también incidió en que «no hay comunicación con ella» y en que «está fuera de Guanyar». Una expulsión de la que «no hay vuelta atrás», dijo Pavón, quien consideró que no prosperará la impugnación de la edil al proceso de la asamblea de Guanyar que le reclamó con un 76% de los votos que dejara el acta. Belmonte decidió no hacerlo y para el líder de Guanyar es «una deslealtad gravísima». Pavón, quien dijo desconocer el sentido del voto de Belmonte en el pleno de hoy, cargó contra la edil no adscrita: «Está robando el acta a la ciudadanía porque esa acta es de Guanyar, no de ella a título particular».

Pavón consideró que Belmonte se queda «en una situación de soledad absoluta que no sabemos cuánto tiempo va a mantener». El portavoz de Guanyar apuntó que, después de su decisión de no devolver el acta y de no acatar el dictamen de la asamblea de Guanyar «no nos fiamos de ella» y no saben si en sus votaciones acatará o no el programa que pactó el tripartito. Aún quedando en minoría, Pavón sostiene que «hay un mejor clima y entendimiento entre los socios después de haber zanjado esta salida».

Pavón admitió que tuvo conocimiento, a través de un asesor, del primer contrato de Belmonte con Techdata en septiembre (creada por gente del entorno de la edil) y que desde el grupo se la instó a que «lo rescindiera de inmediato». Belmonte lo hizo, pero volvió a contratar con la empresa. «Pensábamos que estaba zanjado, de lo que vino a posteriori no sabíamos nada, ni tampoco de las facturas», dijo Pavón, quien consideró que en el primer caso «entendimos que pudo ser un error de novata o de ingenuidad, pero persistir no tiene ni pies ni cabeza».