«Hay una nota diferencial importante, que hace distinta esta celebración a las anteriores en homenaje a los republicanos. Por fin la hacemos con las instituciones, después de más de una década». El portavoz de la Comisión Cívica de Alicante para la Memoria Histórica, Vicente Carrasco, destacó ayer ante el monolito que conmemora en el puerto a quienes cayeron víctimas del fascismo, la implicación, por vez primera, de los responsables municipales.

«Como corresponde, es el Ayuntamiento, con una representación cualificadísima, el que asume el homenaje a la ciudadanía», añadió Carrasco ante medio centenar de asistentes encabezados por la edil de Memoria Democrática, María José Espuch, que repartió flores para tirarlas al agua del puerto todos juntos.

Participaron asimismo del homenaje los concejales Miguel Ángel Pavón, Natxo Bellido, Sonia Tirado y Víctor Domínguez, de las filas de Compromís y de Guanyar; así como las concejalas socialistas Sofía Morales y Eva Montesinos, quienes atendieron a las primeras palabras de Vicente Carrasco pero que se ausentaron excusándose con «otros compromisos» en cuanto Espuch empezó a repartir claveles.

Los sones de la Muixeranga y El Tío Pep, interpretados por Óscar y Adrián como si de un prolongado gemido se tratara, y la entrega de las flores, sobrepasaron los esfuerzos de la edil Sonia Tirado, que sucumbió a la emoción: «Mi bisabuelo se fue desde aquí en el Stanbrook y fue una historia muy rocambolesca, porque estaba preso y mi bisabuela lo sacó de la cárcel en el último momento. Cuando las historias tocan de cerca emociona, y mucho», explicaba con los ojos enrojecidos. «Luego mi bisabuela, con seis hijos, tuvo que exiliarse porque mi bisabuelo era dirigente del partido comunista y les hacían muy difícil la vida».

Carrasco añadía que lo que se conmemora en estas fechas es «el dudoso honor que tiene Alicante de ser el último bastión del proyecto republicano, donde acabó la gran aventura de modernización de este país que significó la segunda república, así como la guerra que acabó con ese proyecto». Y puntualizó que estos hechos «no merecerían más homenaje, si no fuera por el ominoso silencio y represión a las miles de personas que perecieron, huyeron, o fueron a la cárcel y sufrieron represalias. Y como la historia compele a la totalidad de la ciudadanía, son los responsables políticos quienes deben poner en valor todo tipo de iniciativas», apuntó en referencia también al homenaje que este domingo, a las 12.00, se ha organizado en el cementerio por los más de 700 republicanos fusilados entre 1939 y 1945.

Refugios

Espuch tomó el guante y asumió que «ya era hora de que la institución en Alicante apoye este tipo de actos, porque la historia se ha silenciado durante muchos años y es hora de darla a conocer». La concejala recordó que Alicante fue ciudad de retaguardia, «la última en caer, peculiaridad que debemos comentar, de las más bombardeadas y quienes morían eran generalmente mujeres y niños, población civil».

Entre los proyectos que el Ayuntamiento lidera citó la apertura de refugios, que contabilizó en 92. «Europa aprueba algunas iniciativas para poder intervenir en el plan urbano entre los dos castillos, que reúnen muchos de estos refugios antiaéreos, aunque hay que esperar a una resolución definitiva de la UE». También citó la petición ante la Autoridad Portuaria para que el puerto lleve aparejado el recuerdo del barco Stanbrook o del Capitán Dickson. Espuch concluyó con el compromiso de dar al poeta Miguel Hernández «que también murió aquí, la relevancia que merece».

Desde la Comisión Cívica, Francisco Moreno citó a su vez el empeño por conseguir fondos institucionales para reproducir, también en el puerto, la paloma que cedió Eusebio Sempere, «como gran memorial que represente con dignidad el homenaje que merecen los republicanos».