­«Nos juntamos familia y amigos con el capazo y la comida. Empezamos el domingo y seguimos hoy ­-por ayer,­ Lunes de Pascua-. De merienda, la mona con su huevo. Somos de repetir todos los años». Loli Pastor está rodeada de familiares y amigos. Han conseguido un par de mesas bajo los pinos del Monte Tossal, que para eso hay que llegar antes de las once de la mañana, y las han cubierto de platos y vasos de plástico que empiezan a llenarse de magro con tomate, jamón y queso, tortilla... «Algo hay que comer -se ríen-, la mona después, de merienda y con chocolate».

Al igual que Daría Velasco, que también se ha colocado con su familia en una mesa aledaña, y como también les pasa a Manoli y Paqui, tienen una queja que se reproduce entre quienes celebraron la mona en el entorno de las pistas deportivas de El Tossal: «No hay derecho a que los aseos estén cerrados».

En realidad llevan cerrados al público en general un año y medio, como concreta Ramón desde el bar-chiringuito de la zona. Antes se encargaba él de la llave de los aseos, pero los desperfectos que se acumulaban en las instalaciones, dice que han obligado a cerrarlos «mientras no haya una actividad deportiva programada por la que se pague el alquiler de las pistas, lo que incluye el servicio de los aseos». Y, en estos casos, se encarga el propio conserje. En la puerta de los servicios, un cartel escrito a mano informa de que del 24 al 28 de marzo permanecerán cerrados.

«El hipódromo nos gusta mucho para los niños, porque pueden hacer un montón de actividades. Somos de playa, pero la mona es de campo y hay mucho en Alicante para disfrutarlo». Loli guardará un año más las fotos en las que se explotan el huevo duro de la toña en la frente.

Teresa Girona, que también se inclina por la tradición, elige igualmente el campo con sus hermanas, varias amigas, la tortilla de patata y mucha carne a la brasa. Después de jugar a las cartas, de merienda, la mona de Pascua. No es la primera que se comen porque su hija, Loles, preparó días antes al menos 25 de estos dulces que repartieron entre amigos y familiares, también por tradición.

Para Daría Velasco es la excusa perfecta para reunirse toda la familia. «Faltan algunos por bajar, pero ya sumamos treinta». Prefieren El Tossal porque tienen mesas, aunque de motu propio han adosado unas cuantas más para poder sentarse todos. «En la playa estarán los jóvenes. La mona es más de campo», coinciden.

En el parque de El Palmeral tampoco cabe un alfiler. Que haya juegos para los pequeños suma puntos a la h0ra de la elección, como sucede con las instalaciones deportivas del Monte Tossal.

La imagen que muestran las playas de El Postiguet, San Juan y La Albufereta son un buen ejemplo de lo que comentan los que han preferido el campo. Abundan los grupos de amigos entre bolsas de hamburguesas. Un día extra de playa para ellos, como comentan. «¿De mona?, pues no, es un día más de playa», apuntan Carmen y Esther. «No pensamos comer mona...».