Más de 700 personas, vinculadas a la Generalitat, se encuentran movilizadas para hacer frente al riesgo de incendios forestales, que pese al dispositivo preventivo, sigue lanzando «avisos» en forma de conatos cada vez más frecuentes. En las últimas horas se han producido ya varios «sustos» en la Comunidad, incluido en la provincia uno en Gata de Gorgos, aunque, probablemente, lo peor está por llegar, tanto por el efecto resecante acumulativo del poniente como por el incremento del número de personas en el monte.

Solo en las instalaciones controladas por la Generalitat, entre áreas de acampada y zonas recreativas están durante estas fechas unas 18.000 personas, que se elevan a 100.000 si se incluyen en el recuento las casas de campo particulares, generalmente sin uso durante la semana. A esta presencia masiva de ciudadanos junto a la masa forestal se une el poniente y la extrema sequedad de los montes

Las quemas agrícolas han quedado prohibidas hasta el próximo 4 de abril en terrenos forestales, en los colindantes o a una distancia de 500 metros. Sin embargo, siguen produciéndose incidentes, como constatan en el día a día las Unidades de Prevención y Vigilancia de la Conselleria de Medio Ambiente.

Muchas personas, generalmente mayores, a los que no llegan estos requerimientos, o agricultores de fin de semana dispuestos a quemar, «si o sí», son el prototipo del negligente. Cada vez más voces reclaman una prohibición total, tanto en veranomedia que se ya se ha aplicado excepcionalmente como en Semana Santa y Pascua, sin distancias mínimas y sin distinción por niveles de alerta, para que nadie tenga excusas. A ellos se suma estos días el «pascuero» o el ocasional usuario de barbacoas, una especie letal para el bosque al que no siempre llega la normativa vigente estos días; o la ignora deliberadamente. El uso del fuego está restringido a «lugares preparados y autorizados», en general paelleros situados en áreas recreativas y homologados (antichispas) por la propia Administración.

Jorge Suárez, jefe del servicio de Prevención de incendios en la Generalitat , aseguró que la presión sobre las barbacoas y la regulación del uso y diseño de los paelleros públicos que gestiona la conselleria ha supuesto en los últimos años un descenso en el número de incendios con este origen, al que ha contribuido también las campañas de concienciación ciudadana.

Sin embargo, el problema se centra ahora en el uso del fuego estacional y de ocio que se hace en el ámbito privado. «Algunos incendios nos vienen de un vertido de ceniza, que puede provenir el interior de una segunda residencia que no controlamos», apunta.

«Hay casos -agrega Suárez- en los que la ceniza puede estar varios días dormida hasta que el aire la aviva, incluso fuera ya de este periodo festivo, cuando no hay en la casa gente para avisar y los refuerzos en prevención y extinción se han reducido»».