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Apellidos alicantinos: Palacio o Palacios

Mirando al mar

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El primer alicantino Palacios del que se tiene constancia documental se llamaba Juan. Estaba casado con Isabel Pérez y bautizó el 3 de febrero de 1598, en la iglesia de Santa María, a su hija María.

Pero Juan murió poco después y su viuda se casó en segundas nupcias con otro Palacios, de nombre Hernando, con quien tuvo cuatro hijos, siendo el primogénito Roque (1600).

Roque Palacios Pérez fue mercader. Se casó tres veces. La primera con Úrsula Salinas en 1625, con quien tuvo una hija. La segunda con Ana María Bosch, en 1628, con quien tuvo tres hijos. En terceras nupcias desposó en 1640 a Angélica Pérez, bautizando a tres hijos.

En este siglo XVII también encontramos otra rama muy fructífera de los Palacios, que arranca con Francisco Palacios y Vicenta Sellés, padres de seis hijos, siendo su primogénito Francisco (1612).

Francisco Palacios Sellés se casó en 1636 con Leonor Serra. Tuvieron una hija al año siguiente. Su hermano José (1623) se casó con Catalina Oliver en 1644, con quien tuvo ocho hijos. Uno de ellos, Vicente Palacios Oliver (1649), contrajo matrimonio con Apolonia Burgos en 1685 y tuvieron dos hijos.

De una rama distinta de estas dos era el notario Florencio Palacios, de quien se conserva, en el Archivo Municipal, un documento sobre pleitos fechado en 1655.

A lo largo del Setecientos las ramas de los Palacios siguieron diversificándose. Una de las más importantes, por su extensión, fue la que nació con el matrimonio formado por Vicente Palacios (hijo de Vicente y Josefa Pérez) y la viuda Ana María Copet, casados en 1721. Tuvieron once hijos.

Vicente Palacios Copet (1723) se casó en 1756 con Josefa Guardiola. Tuvieron nueve hijos.

José Palacios Copet (1740) contrajo matrimonio en 1769 con Rita Sevila. Bautizaron a siete hijos.

Juan Bautista Palacios Sevila (1769), mancebo, desposó en 1791 a María Pastor. En 1808, su hermano Francisco (1775) se casó con Victoria Guijarro. Y otro hermano, José Vicente (1778), contrajo matrimonio con Josefa Ramón en 1802.

La confusión entre los apellidos Palacio y Palacios viene produciéndose desde siempre. Algunos ejemplos los encontramos en los libros de registros de la parroquia de San Nicolás. Así, el 16 de febrero de 1815 fue bautizado Antonio Palacios, hijo de Vicente y Rosa Molina, naturales de Callosa d'Ensarriá, quienes tenían otro hijo mayor, llamado Vicente. Éste, que fue alpargatero, bautizó a su vez unos años más tarde (entre 1839 y 1850) en dicha iglesia a los cuatro hijos que tuvo con Josefa Tordera, pero en los registros los cuatro aparecen con el apellido Palacio.

Otro ejemplo algo más rocambolesco lo tenemos en los hermanos M.ª Ángeles, José, Rafael y M.ª de la Soledad, bautizados en 1888, 1893, 1895 y 1898, respectivamente. La mayor y la benjamina aparecen en sus registros bautismales con el apellido Palacios y la misma referencia de sus ascendientes (padres: Miguel Palacios, de Alicante, y Francisca Llorens, de La Nucía; abuelos paternos, desconocidos); mientras que los dos hermanos varones figuran en sus respectivos registros con el apellido Palacio (en el de Rafael se dice que su padre se llamaba Miguel Palacio Expósito).

Por cierto, a José Palacios (no Palacio) Llorens lo encontraremos, ya en el siglo XX, presentando dos autorizaciones municipales para abrir una carnicería en San Isidro 2 (1939) y construir un panteón en el cementerio municipal (1963).

En su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz describe la quinta de recreo que poseía cerca de esta ciudad, hacia 1845, el comerciante Vicente Palacios:

«Entre Santa Faz y San Juan á orillas del camino se encuentra una hermosa quinta de recreo propia de D. Vicente Palacios de Alicante, llamada de Buena Vista, la cual contiene buenas habitaciones con toda clase de comodidades, un pequeño jardín hacia el S., al que se baja desde el piso principal y galería de la casa por una grande y espaciosa escalera, en el que hay 3 cenadores, uno con mesa, otro con un columpio y otro con un estanque de peces y varios gallineros para pavos reales, gallinas de Guinea, tórtolas y otras aves; un patio cuadrado á la entrada de la posesion con bancos y arcadas de cipreses que hacen muy buen efecto, y luego un huerto de frutales con su noria y balsa, en la que hay tambien peces de colores y sirve para los gansos y patos. La situacion de esta quinta es la mas ventajosa, pues domina por el norte hasta las montañas y por el sur hasta el mar».

Otro comerciante de esa época era Manuel Palacio, el cual reclamó al alcalde alicantino el 17 de noviembre de 1855 el pago de los mil reales que se le debían desde hacía cuatro años, por la estatua de un Neptuno de mármol blanco que el Ayuntamiento le había encargado y que había sido colocada en la plaza Isabel II (actual Gabriel Miró).

El comerciante Manuel Palacios

En 1884, en una relación confeccionada para la renovación de la junta municipal, encontramos a un Manuel Palacios (no sabemos si es el mismo que el anterior), con domicilio en la calle San Fernando, que ocupaba el puesto decimoquinto entre los propietarios con una riqueza imponible superior a 3.000 pesetas. También aparece (Manuel Palacios y Sobrinos) en el puesto vigésimo cuarto entre los comerciantes al por mayor y rentistas, con domicilio asimismo en la calle San Fernando. No sabemos si es la misma persona el Manuel Palacios que figura en el apartado de Artes y Oficios, con residencia en la calle Bilbao. En cualquier caso, no aparece en esta extensa relación ningún otro alicantino apellidado Palacio o Palacios, ni siquiera entre los propietarios cuya riqueza imponible era menor de 500 pesetas.

En su edición de 28 de diciembre de 1887, El Constitucional anunciaba la próxima boda de Manuel Palacios, «con una bella señorita de nuestra culta y selecta sociedad». No hemos conseguido averiguar el nombre de la novia ni la fecha exacta de la boda, pero es más que probable que este Manuel Palacios sea el mismo comerciante citado en la relación de 1884 antes mencionada.

Los hermanos Sánchez Palacios

Carlos y Ricardo Sánchez Palacios fueron secretarios de la Sociedad Económica Amigos del País (1881) y literatos de cierta reputación.

Carlos fue secretario del jurado de la Exposición Agrícola e Industrial celebrada en la ciudad en agosto de 1878. Escribió una Memoria sobre el clima de Alicante, que fue publicada en 1881 por la Sociedad Amigos del País. En este mismo año era presidente de la Sociedad Literaria de Alicante, y el 17 de noviembre de 1882 fue elegido vicepresidente de la Sociedad de Escritores y Artistas alicantinos. Fue secretario de la comisión que organizó el servicio de bomberos en 1883. A mediados de la década de 1880 se trasladó con su esposa e hijas a Barcelona, pero venían con frecuencia a Alicante, en cuyo término municipal poseían la finca denominada Balsas de García. En la Ciudad Condal ocupó el cargo de vicegerente de la empresa Trasatlántica, siendo autorizado en enero de 1901 a «instalar un depósito flotante de carbón en el Puerto de Barcelona» (El Íbero, 1-2-1901). Falleció en Barcelona en febrero de 1904.

Ricardo colaboró con varios periódicos y revistas alicantinos, publicando casi siempre poemas. Pero, como su hermano, su verdadera profesión estaba ligada al puerto, y más concretamente a la Compañía Trasatlántica Española, de la que era consignatario en Alicante. Fue varias veces nombrado vocal o vicepresidente de la Junta de Obras del Puerto, a propuesta del Consejo Provincial de Agricultura, Industria y Comercio. El 28 de abril de 1931 noticiaba Diario de Alicante: «(?) ha fallecido el prestigioso señor don Ricardo Sánchez Palacios (?). Fue un colaborador frecuente del Diario (?), probado alicantinismo que dio muestra desde cuantos puestos ocupó en diversos organismos y especialmente en la Cámara de Comercio de la que fue secretario largos años». Sus herederos siguieron dirigiendo durante unos años en el puerto de Alicante la consignataria Sánchez Palacios.

Un circo ecuestre junto al Teatro Principal

Lorenzo Palacios Gabarrón y su esposa, Carolina García, bautizaron en San Nicolás a sus hijos Lorenzo y Carlos el 25 de abril de 1873 y el 21 de mayo de 1875, respectivamente. En el primer registro parroquial se lee que el padre era marino de la Armada; en el segundo, que era contador de fragata.

Pero Lorenzo se dedicó en Alicante al negocio del espectáculo.

El 16 de diciembre de 1880 presentó en el Ayuntamiento un escrito solicitando permiso para instalar «un circo ecuestre» en la plaza del Teatro, en «el terreno comprendido entre la fachada de levante del teatro principal y la del cuartel llamado del Rey». Entre las bases para la concesión que proponía Palacios, se decía que «la fachada del Circo, aunque de madera, será construida de forma que contribuya, con la del Teatro Principal, al embellecimiento de la calle»; se autorizaría a que el circo pudiera transformarse en teatro-circo, el cual debía cerrarse durante la temporada de ópera del Teatro Principal (desde primero de noviembre hasta primero de marzo); y que la cesión del terreno por parte del municipio sería de diez años.

En sesión celebrada el 17 de diciembre, la Corporación acordó autorizar la construcción del circo de Palacios, pero con algunas modificaciones en las bases por él propuestas, como la no aceptación de que pudiera transformarse en teatro-circo sin permiso previo, ni de concederle la exclusividad durante diez años; la prohibición de abrir, desde el 1 de marzo hasta el 31 de mayo, las noches en que hubiera funciones de ópera en el Teatro Principal; y la obligación de pagar 50 pesetas mensuales por alquiler de la vía pública.

Lorenzo aceptó las condiciones impuestas por el Ayuntamiento, pero reiteró su petición de que se le concediese la exclusividad durante al menos cinco años, de manera que en dicho plazo no se autorizara la instalación de ningún otro circo o teatro-circo en la ciudad, lo que fue aceptado por la Corporación el 28 de enero de 1881. Ocho días más tarde, se firmó ante el notario Nereo Albert y Mira la escritura por la que el Ayuntamiento cedía la plaza del Teatro (1.239'69 metros cuadrados) a «D. Lorenzo Palacios y Gabarron, de treinta años de edad, casado, natural de Cartagena, oficial de Marina, domiciliado en esta Ciudad de Alicante en la Calle de Labradores numero veinticinco piso segundo».

Lorenzo contrató como arquitecto a José Guardiola Picó. Tuvieron ciertas desavenencias y Guardiola cesó en la dirección de las obras, pero la retomó al cabo de dos días.

El 4 de marzo tres vecinos se dirigieron al alcalde para protestar porque el circo ocupó, además de la plaza del Teatro, la antigua arboleda que formaba la prolongación de la calle Moratín, que dejaba un espacio «con la edificación de enfrente y entre la cual se encuentra el Cuartel, las propiedades de los recurrentes y otras que terminan en la llamada fonda de Bossio», dificultando con ello el tránsito de los carruajes que entraban por la puerta de Alcoy. Pero el Ayuntamiento desestimó la reclamación de los vecinos tras recibir el informe del arquitecto municipal, José Ramón Mas, que indicaba «que el emplazamiento y obras del referido Circo se están ejecutando conforme al plano aprobado, y á lo acordado por el Excmo. Ayuntamiento».

El 13 de abril del año siguiente, Lorenzo volvió a dirigirse por escrito al alcalde para quejarse de que, a pesar de que su circo ecuestre era «uno de los primeros de España: tal vez podríamos llamarle el primero en su clase», su coste había excedido en más del doble lo inicialmente presupuestado. «Por otra parte, en estos locales, se funciona siempre á precios bajos, siendo sus espectáculos adecuados, á la vez que á las clases acomodadas, muy particularmente á las de escasa fortuna, que son las mas numerosas». Por todo ello, solicitaba a la Corporación que la cesión del terreno se prorrogase por otros diez años, «á contar desde el mismo día en que terminan los diez primeros años concedidos», y que se prorrogasen también hasta diez años los cinco hasta entonces concedidos de exclusividad.

El Ayuntamiento rechazó las peticiones de Lorenzo, pero éste insistió en septiembre, proponiendo que quedasen anuladas las bases de concesión que imponían restricciones de fechas en la apertura del circo, porque así «podría aspirar á ver compensados los sacrificios que se ha impuesto en bien de la poblacion». Esta vez la Corporación accedió en sesión celebrada el 14 de septiembre. Pero solo cuatro días después fue presentado un recurso por Enrique Cutayar González, administrador del Teatro Principal, advirtiendo que el ruidoso circo perturbaría la audición de las obras teatrales y líricas programadas, y que, además, la construcción de madera del circo, tan cercana al Teatro Principal, ponía a éste en riesgo en caso de que se produjera un incendio.

La protesta del representante de los propietarios del Teatro Principal fue definitivamente rechazada por el Ayuntamiento el 30 de agosto de 1884, tras recibir el informe del nuevo arquitecto municipal (José Guardiola Picó, el mismo que había construido el circo), quien aseguraba que la solidez de la construcción era suficiente, aunque resultaba insuficiente la seguridad en caso de incendio, por lo que proponía una serie de medidas de precaución para aislar el circo de los edificios próximos.

El circo ecuestre de Lorenzo Palacios se mantuvo en la plaza del Teatro solo unos pocos años más.

El Graduador, en su edición del 5 de julio de 1900, menciona a un «gobernador interino Sr. Palacios». El 11 de enero de 1902, La Correspondencia Alicantina creía «que la interinidad de Palacios se prolongará bastante tiempo», al frente del Gobierno Civil. En 1904, el gobernador interino se llamaba Ángel del Palacio, aunque no parece que se trate de la misma persona. Pero en enero de 1918 encontramos a Francisco Palacios «probo secretario de este Gobierno civil» (La Unión Democrática), que fue gobernador interino en febrero de 1919 (Diario de Alicante).

Al principio de la década de 1910 Joaquín Palacios era portero del Gobierno Civil. Tenía dos hijas: Rosa, que en mayo de 1911 aprobó el segundo curso de maestra con sobresalientes y notables; y Encarnación, que falleció siendo niña en la noche del 2 de julio de 1912.

Lola Palacios Carrasco era «una mujer de vida airada» que solía ser mencionada en los breves que los periódicos dedicaban a sucesos menores. Así, en La Correspondencia de Alicante del 28 de abril de 1908, se cuenta que riñó en la plaza de San Cristóbal la tarde anterior con un tal Alfredo Miralles, quien debió ser atendido en la Casa de Socorro de ligeras contusiones. Y es que Lola debía defenderse bastante bien. El 27 de junio de 1912, El Popular informaba de que «Salvador Tamarit y Dolores Palacios, riñeron ayer causándose ambos varias lesiones de las que fueron curados en la Casa de Socorro». No obstante, era ella quien acostumbraba a salir peor parada en estas riñas, como la que tuvo con Ángel Flores el 6 de agosto de 1917 (La Correspondencia Alicantina) o con Enrique Campos Viudes el 21 de marzo de 1913 en la calle Pizarro, quien le propinó una «tremenda paliza» (Diario de Alicante). Este último periódico informaba el 26 de noviembre de 1915 de que Lola Palacios era «dueña de una taberna frente a la calle de León».

«Una joven llamada Emilia Palacios Sánchez, intentó suicidarse tomándose una dosis de permanganato» noticiaba El periódico para todos el 6 de junio de 1916.

Aurelia Palacios Mira y Vicente Pastor Ferrándiz se casaron el 23 de abril de 1918. En 1952, hicieron construir en el cementerio municipal un panteón para ellos y para sus hijos Vicente y Elier. Un año antes, Vicente Pastor Palacios abrió en Pintor Gisbert 10 un local de compra de chatarra. Hermano de Aurelia era Ángel Palacios Mira, más conocido por su alias de Chupa, quien se pasaba más tiempo en la cárcel que fuera de ella a causa de su afición por lo ajeno, según El Luchador (2-7-1925).

Manuel Palacios García era director de la Escuela de Comercio en 1935. Su hija Elena aprobó dicho año en Valencia el primer curso del grado de Intendencia Mercantil. En la noche del sábado 20 de junio de 1936, Manuel asistió a la cena de fin de curso que los alumnos de Comercio organizaron en Ivroy. Y el 16 de octubre del mismo año, donó 200 pesetas al Comité Pro-Auxilio de las Milicias Provinciales.

Javier Seguí Palacios abrió en 1940 un horno de pan en Maestro Caballero 18.

Jaime Giner Palacios abrió en 1950 un taller de pintor decorador en Trafalgar 30. En ese mismo año, y en el siguiente, su hermano Pedro pidió autorización para plantar la barraca de la que era presidente, Tot per la festa, en la plaza de España.

Francisco Palacios López abrió en 1957 un taller de tallista en Doctor Buades 11 y aumentó un piso en esta casa en 1962. El año anterior presentó un proyecto de obras de aumento de un segundo piso y un ático, con reforma de fachada y construcción de un mirador, en Botella de Hornos 6.

Aunque su apellido era Palacio, en muchos periódicos y documentación oficial se le menciona como Palacios.

Nació en Alcoy el 14 de agosto de 1908, en el seno de una familia humilde. Su madre murió tras el parto.

Cuando tenía 12 años vino a Alicante andando porque quería ser marinero. En el puerto conoció a Toni, un pescador de Campello, quien lo llevó a su casa y escribió a su familia. Poco después fue a vivir con unos tíos suyos que vinieron desde Alcoy. Trabajó con 14 años en un bar de San Vicente y luego se alistó voluntario en la Marina de Guerra.

Empezó estudiando en la Escuela de Radiotelegrafistas de la Armada, pero pronto se pasó a la de la Marina Mercante, formando parte de la primera promoción. Sin embargo, nunca navegó como marino mercante.

En noviembre de 1925 compartió novillada en Elche con Manuel Mora y el Niño de la Alhambra (El Luchador, 18-11-1925).

Casi diez años después, fue elegido vocal de la junta directiva del Santa Cruz Fútbol Club, que jugaba en el estadio Bardín, situado junto al barranco de Benalúa y el cuartel del Regimiento de Infantería de San Fernando 11 (El Luchador, 31-5-1935).

Cuatro años antes, en 1931, se casó con Esperanza Fuente Val. Tuvieron cuatro hijos: Perfecto, Pilar, Esperanza y Antonio.

Un comisario rojo muy peculiar

Poco antes del inicio de la guerra civil ingresó en la Academia de la Policía, obteniendo el puesto de inspector. Ya durante el conflicto armado, el gobernador Monzón le nombró delegado gubernativo para la Vega Baja.

En Orihuela, Perfecto y su familia vivieron en el piso de arriba de la Comisaría, en cuyas celdas encerraban a los falangistas y demás sospechosos de simpatizar con los golpistas. Pero en su propia vivienda tuvieron escondido a un sacerdote (el padre Belda), quien decía misa en secreto los domingos y festivos.

En 1939 fue destinado a Cuenca como subcomisario de policía. Cuando finalizó la guerra estaba apresado en la cárcel porque había participado en un complot contra la República. Lo liberaron y regresó a Alicante pensando que no tomarían represalias contra él, pero fue detenido e ingresado en la cárcel de Benalúa, donde estuvo ocho meses. Fue juzgado en el Ayuntamiento, acusado principalmente de haber robado el tesoro de la catedral de Orihuela, pidiendo el fiscal que fuese condenado a dos penas de muerte. Pero Esperanza recurrió al que fuera obispo de Orihuela, quien dio testimonio ante el tribunal de que Perfecto le había entregado el tesoro catedralicio para que lo escondiera. Fue sentenciado a 17 años y un día de prisión, pero lo liberaron a las pocas semanas.

Se ganó la vida como vendedor ambulante de pescado y más tarde como representante de calzado.

Organizó en 1960 la Asociación Sindical de Representantes y Viajantes, que desde Alicante se extendió en poco tiempo por toda España. Fue elegido presidente de dicho sindicato y de su montepío.

Edificio Representantes

El 4 de mayo de 1962, Perfecto Palacio Cortés envió una carta al alcalde como presidente de la Cooperativa de la Vivienda Nuestra Señora de la Esperanza de los Representantes y Viajantes de Comercio (constituida el 23-10-1961), ofreciendo la compra de una pequeña parcela de propiedad municipal.

La Cooperativa era propietaria de unos terrenos (anteriormente ocupados por la antigua Cerámica de Borja) limitados por la avenida del Poeta Carmelo Calvo, calle del Capitán Amador, prolongación de la calle del Pintor Velázquez y la apertura para unión de Carmelo Calvo con la avenida de Alcoy, en los que pretendían construir un grupo de viviendas. Pero para cumplir con los requisitos que exigía el Plan General de Ordenación, debían completar la manzana anexionándose esa pequeña parcela que era propiedad del Ayuntamiento.

Tras emitirse los informes favorables del arquitecto municipal, del letrado consistorial y de la Comisión de Fomento, en sesión ordinaria del 31 de marzo de 1964 la Corporación acordó la enajenación de la parcela requerida por la Cooperativa (de 80'75 metros cuadrados) por un total de 104.975 pesetas (1.300 por metro cuadrado).

La escritura de compraventa se formalizó el 4 de agosto de 1964 en la notaría de José Luis Pardo López, firmando por parte de la Cooperativa el representante de comercio Perfecto Palacio Cortés, con domicilio en la misma sede de la cooperativa (Valencia, 59).

El Edificio Representantes, como es conocido popularmente, fue inaugurado en noviembre de 1967. Tiene 26 plantas y 90 metros de altura.

Procurador en Cortes

Apadrinado por el ministro secretario del Movimiento José Solis Ruiz, que también era el delegado nacional de Sindicatos, Perfecto fue nombrado en noviembre de 1967 procurador en Cortes en representación de la Agrupación Sindical de Representantes de Comercio, formando parte de la Comisión de Comercio.

Fue procurador hasta 1971. Obtuvo varias distinciones honoríficas, como la encomienda de la Orden de Cisneros (1970), de la Orden de Isabel la Católica (1971) o la medalla al Mérito Civil (1972).

Falleció en junio de 1988.

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