La primera semana de vida de Indira está siendo un poco más ajetreada que la de cualquier otro bebé. Con apenas cinco días de vida, ayer acompañaba a sus padres, bien abrigada dentro de su cochecito, en la protesta que protagonizaron ante una sucursal del BBVA para pedir que no les desalojen de su casa. La familia estuvo apoyada por decenas de miembros de Stop Desahucios, que exigen un alquiler social. «Hace tres años ocupamos una casa que estaba vacía porque no teníamos donde ir. Le faltaba de todo y la hemos acondicionado para convertirla en el hogar de nuestra hija porque con ella en la calle no podemos estar», explicaban ayer Patricia Raysa Doare, de 20 años, y su pareja, de 17 años.

De momento parece que las noticias son buenas para esta joven familia. Y es que la entidad bancaria ha paralizado en los juzgados el desahucio. Según señalan fuentes del BBVA la pareja podrá permanecer en la casa «hasta que el Ayuntamiento le encuentre una solución, porque deben ser los servicios sociales quienes encuentren una salida». No obstante, ellos desconfían y temen que en cualquier momento el desahucio se reactive. «El banco no nos ha dicho por cuánto tiempo se paraliza el desahucio, así que vamos a seguir con las medidas de protesta porque en cualquier momento lo pueden reactivar y echarnos a la calle».

Desde Stop Desahucios también desconfían de la propuesta de la entidad bancaria y piden que la pareja y su hija permanezcan en esta vivienda pagando un alquiler social. «En otros casos ya se ha hecho así, y las familias han pagado 50, 80 euros... según su situación económica», explica Baltasar Palacios, miembro de Stop Desahucios. Ni Patricia ni su pareja trabajan en este momento, por lo que carecen de cualquier tipo de ingresos. «La madre de él nos ayuda con la comida y poco más, porque ella tampoco puede hacer mucho», señala Doare.

Decenas de miembros de la plataforma estuvieron concentrados toda la mañana de ayer a las puertas del BBVA en la avenida Alfonso El Sabio para pedir una salida para esta familia. La misma entidad bancaria en la que hace poco más de un año protagonizaron una larga acampada para exigir que se condonase la deuda a una familia que su casa había sido subastada al no poder pagar la hipoteca.