Las hermandades del Miércoles Santo esperan un lleno en las calles de Alicante al ser festivo al día siguiente aunque cada año miles de visitantes se acercan a los recorridos para ver in situ unas procesiones muy atractivas para el turista, especialmente Santa Cruz por su pintoresco descenso por el Casco Antiguo,descenso Casco Antiguo pero también el Divino Amor, que lleva una imagen, como es la Marinera, que está entre las más antiguas ya que data de 1710; así como el Gran Poder y La Esperanza, única dolorosa coronada canónicamente en Alicante, y que forma parte de la procesión más sevillana de la ciudad.

La hermandad de Santa Cruz, con sede en la ermita que corona la parte vieja de Alicante, es la más numerosa, con 1.500 integrantes censados, de ellos 700 costaleros, 200 damas de mantilla y el resto hermanos de fila. Aunque tiene antecedentes en el siglo XVIII, se fundó en 1945 y consta de cuatro pasos: El Cautivo, el Cristo de la Fe o «El Gitano», muy admirado; la Virgen de los Dolores; y el Descendimiento, un paso de misterio de 2.000 kilos con seis imágenes. Este año se cumple el 70 aniversario de su llegada y la hermandad lo celebrará renovando la vestimenta de Nicodemo, José de Arimatea y María Magdalena. «Se ha podido hacer gracias a que el torero José María Manzanares ha costeado los trajes. Es costalero del Descendimiento y se ha brindado», explica Ramón Riquelme hijo, nuevo presidente relevando a su padre tras 29 años en el cargo. La indumentaria la ha confeccionado Francisco Segura.

De la procesión, el hermano mayor destaca «la bajada por el Casco Antiguo, espectacular, y la subida a la ermita con los tronos, fuera de lo común. En San Nicolás se acaba la procesión normal y empieza otra, que es la subida, cansados, con la gente animando. Tenemos que subir corriendo para no enfriarnos y llegar hasta arriba, y se consigue gracias al conocimiento de los capataces de descansos y relevos. Porque subir el paso del Descendimiento con sus dos mil kilos es muy difícil». Habrá novedad también en el Encuentro de «El Gitano» y de la Virgen de los Dolores, que antes se hacía en la Rambla, y que se traslada a la Concatedral de San Nicolás. «Así llegaremos con la procesión bien organizada y ayudamos a las hermandades que van detrás». Santa Cruz celebrará su pregón el 19 de marzo, con el alcalde de pregonero.

La más antigua cofradía de Alicante es el Divino Amor ya que se remonta a 1606, según documentos históricos. A ella pertenece La Marinera, que data del siglo XVIII, «una de las más antiguas y preciosa». Los ingleses robaron la imagen primitiva, que era invocada por los marinos contra los piratas berberiscos. Bautista Vera talló la actual en 1710. Fue rescatada de la quema de conventos de 1932 y se tuvo que restaurar. Es la única que desfila en España portada por tunos mientras que los costaleros del Divino Amor son abogados, estudiantes de Derecho y antiguos alumnos del colegio Aitana.

Ahora mismo, según explica su hermano mayor, Jorge Crespo, son unos 300. Este año abrirá la procesión una banda de tambores propia de la hermandad con niños del colegio Ángel de la Guarda. «Lo más destacado es la salida de los tronos del Convento de la Sangre. Tiene una cancela estrecha y hay que sacarlos a brazo. Son pasos de varal, no de costal, y tenemos que bajarlos porque no salen por la puerta del convento. También es espectacular el recorrido por la calle Monjas, en muy poco espacio, que lo hace algo atípico».

Como es tradición se escucharán saetas el Miércoles Santo a la llegada de estos dos pasos a la Rambla y a la plaza de la Santísima Faz. En su acto institucional, el 18 de marzo, participará la Diputación y se nombrará al diputado Carlos Castillo hermano de honor.

La cofradía de Jesús del Gran Poder y La Esperanza Coronada data de 1840, relacionada con la hermandad de Nuestra Señora de la Corona de Espinas fundada por la familia Salvetti. Su imagen primitiva se perdió en la quema de conventos y fue sustituida en los años 40 por una escultura del sevillano Castillo Lastrucci, que también talló el Cristo de la hermandad. Ambos pasos desfilan con los costaleros por debajo al estilo sevillano, y destaca su salida; el recorrido por el barrio de San Antón; la entrada a San Nicolás por la Puerta Negra; y la estación de penitencia, «un acto bonito», explica el hermano mayor, Miguel Iborra. Llaman la atención los ciriales del paso de palio de la Virgen, que lucirá una nueva saya confeccionada por Pepe Espadero y el taller de bordado de la hermandad, en una procesión ambientada con incienso mezcla de canela, mirra, vainilla y clavo que traen también de Sevilla.

Este año la procesión no bajará hasta la Rambla y la calle Mayor, y entrará hacia San Nicolás por Miguel Soler para acortar unos minutos su recorrido dado que «acabamos a las tres de la madrugada y llevamos gente mayor y niños».