Con un sofisticado control en tiempo real de las personas que en cada momento había en el recinto, la fiesta de paellas celebrada ayer en el recinto ferial de Rabasa reunió a más de 10.000 jóvenes, según cifraron desde la organización.

El Paellas Festival se ha desvinculado por completo de la Universidad de Alicante para abrir sus puertas a cualquier joven mayor de 18 años. Las paellas y cervezas incluidas en el precio de la entrada se repartieron de 14:00 a 16:00 horas y se advertía de que beber fuera del recinto se multaría, aunque se permitió pasar con botellas de plástico y latas.

«Llamar a esto botellón está desvirtuado, cualquier reunión de jóvenes un sábado se llama botellón», lamentaban desde la organización. Aportaron medio centenar de guardias de seguridad y dos médicos. Y lograron que el vicerrectorado de Campus abriera el acceso que enlaza por el carril bici el recinto universitario y el de Rabasa para no cruzar la autovía.