Amargo lunes de pasión para la concejal de Acción Social, Nerea Belmonte (Guanyar-Podemos). Pocas horas después de que el alcalde le exigiera la dimisión por haber contratado a una empresa de su entorno, el número dos del Ayuntamiento y líder de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, le emplazó ante la asamblea de la coalición de izquierdas a renunciar al acta como salida «más digna» al «gravísimo problema político» creado por las adjudicaciones a la firma Techdata. Mientras el cerco político se estrecha y presiona cada vez más, la edil intentó ganar tiempo y pidió un informe de la comisión de garantías de Guanyar, al tiempo que puso su cargo a disposición de la formación, cuya asamblea volverá a reunirse mañana para decidir su futuro.

«Tenemos que valorar la dimisión para salir de la forma más digna posible sin que se resienta nuestra credibilidad», dijo el vicealcalde al filo de las 22 horas ante el cónclave de Guanyar. «Porque sin credibilidad, Guanyar no es nada», añadió Pavón ante las 150 personas que asistieron a una de las asambleas más tensas de los últimos tiempos en la coalición.

Después de dos horas y cuarenta minutos de cónclave, en los que Belmonte reiteró su petición de disculpas y entonó el «mea culpa» por su «error de novata» al adjudicar los contratos, las intervenciones a favor y en contra de la edil se sucedieron y casi se igualaron en número. Ahora bien, el peso específico y la condición de referentes en Guanyar de los críticos con Belmonte le dejan muy escaso margen de maniobra a la edil.

Además de Pavón, que calificó la situación de «gravísimo problema» ético y político, cuestionaron la conducta de la edil el también concejal de Medio Ambiente y Limpieza, Víctor Domínguez; José Luis Romero, abogado de la concejal Marisol Moreno, y el exsecretario comarcal de CC OO, José de la Casa. Frente a sus críticas, otro grupo de militantes rechazaron la dimisión de Belmonte con argumentos como la legalidad de las adjudicaciones y los constantes ataques a Guanyar.

En un clima de tensa calma, la asamblea se inició pasadas las 20 horas con la intervención de la edil, visiblemente cansada y afectada por el escándalo. Belmonte pidió perdón hasta la saciedad, asumió toda la responsabilidad de la decisión de las adjudicaciones y exoneró a los técnicos de la concejalía. La edil recalcó que con los contratos de Techdata -unos 17.000 euros en total desde septiembre a junio- intentaron fomentar la concurrencia y recortar los gastos municipales externos en concepto de comunicación, que habían supuesto más de 95.000 euros en cuatro años y medio con la anterior empresa.

«Lo he intentado, he cometido fallos y, por eso, pongo mi cargo a disposición de la asamblea», concluyó Belmonte. «Yo formo parte de un proyecto y no estoy aquí para ocupar sillones», añadió para cerrar sus primeros 30 minutos de intervención. A continuación se abrió un turno de una docena de preguntas por parte de los asistentes sobre las condiciones y detalles de las adjudicaciones, que fueron respondidas por la concejal sin mayor contratiempo.

El tono y el calado de la asamblea subió considerablemente con el siguiente turno de «valoración y debate». El listón de la crítica empezó a elevarlo De la Casa cuando dijo que Belmonte debió haber respondido a las pocas horas de conocerse el escándalo y no aguardar varios días. «En estos casos, sólo la dimisión puede restituir la confianza y el daño causados», sentenció el exlíder de CCOO.

En la misma línea crítica por la tardanza en dar respuesta, el concejal Víctor Domínguez se preguntó «¿con qué cara vamos a criticar a Echávarri si hiciera lo mismo?». «En un mandato que se presenta largo y conflictivo», agregó, «debemos tener muy claros nuestro principios políticos y éticos».

A su vez, el abogado José Luis Romero destacó que Guanyar se enfrenta a un problema «político» de primer orden, «que no tiene nada que ver con el de Marisol Moreno porque este tiene aroma a nepotismo». «Si Belmonte se aferra al cargo», añadió Romero, «estamos muertos y todo el capital político de Guanyar se reduciría a cero».

Superadas las 22.30 del Lunes Santo, los asistentes debatieron si procedía votar anoche mismo sobre la petición de dimisión de Belmonte, pero lo rechazaron finalmente por no figurar ese punto en el orden del día y ante el riesgo de una ulterior impugnación del cónclave. La asamblea volverá a reunirse mañana para decidir sobre el futuro de la edil, una vez se conozca el informe acerca de su actuación que tendrá que elaborar contrarreloj la comisión de garantías democráticas de Guanyar.