Las tres procesiones que abren la mañana del Domingo de Ramos la Semana Santa en Alicante amanecieron ayer mirando al cielo. Enseguida despejaron cualquier temor ante la amenaza de lluvia que anunciaba un día atrás la Agencia Estatal de Meteorología. El intenso sol, con temperaturas que a la sombra superaban los 18 grados, se convirtió en un deseado acompañante de los seis paso que en la mañana de ayer recorrieron la Carrera Oficial.

La Diputación de Alicante fue testigo del inicio de Jesús Triunfante, el paso de la «burrita» como popularmente se conoce entre los alicantinos. La banda de Santa Cruz puso las primeras notas poco antes del mediodía, marcando el ritmo para los fieles de todas las edades que palma blanca en mano, y una ramita de olivo en algunos casos, dibujaron el pasillo por el que transcurrió la primera procesión en la ciudad. La imagen, obra de José Seiquer y que data de 1945, lució ayer por las calles de Alicante tras ser sometida a una profunda restauración.

El paso, propiedad de la Diputación de Alicante, procesionó con la «escolta» del vicepresidente de la institución provincial, el popular Carlos Castillo, y los diputados Miguel Zaragoza (PP), Carlos Giménez (PSOE) y Fernando Sepulcre (C's), junto a las concejalas Gloria Vara (PSOE) y Mari Carmen de España (PP). Como ya anunciaron, ni Compromís ni Esquerra Unida estuvieron presentes. También acompañaron a Jesús Triunfante dirigente de otras celebraciones de Alicante, como los Moros y Cristianos y las fiestas tradicionales.

Las palmas, como cada Domingo de Ramos, inundaron las calles de Alicante, aunque menos de lo que hubiera gustado a los vendedores. La coincidencia del festivo día de San José con la jornada previa al inicio de la Semana Santa, según aseguran los artesanos, supone un importante retroceso en el número de ventas de palmas blancas. Pese a todo, apenas se notó en el recorrido de la «burrita» por el centro de Alicante, sobre todo por la Rambla, repleta de fieles y de curiosos.

La segunda procesión en pisar la calle trasladó la atención hasta Santa María, de donde partieron un total de cinco tronos. Los tres primeros pertenecían a la hermandad de Jesús de Samaria, muy vinculada al colegio Jesuitas de Alicante. De hecho, los alumnos más pequeños del centro llenaron de alborozo el recorrido. La segunda procesión desde la basílica, con el Cristo de las Penas y la Verónica, completó su trayecto con las cañas de romero, pese a la negativa inicial del Ayuntamiento de facilitárselas. Finalmente, los cofrades, con las cañas, fueron los últimos en recogerse, cerrando la mañana del Domingo de Ramos. Por la tarde, tres procesiones más.