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El nuevo aeropuerto, cinco años después

Más cerca de Londres que de Benidorm

El nuevo aeropuerto de Alicante-Elche cumple sus primeros cinco años con récord de tráfico, rentabilidad y siendo uno de los mejor valorados por los pasajeros

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El aeropuerto de Alicante-Elche, más cerca de Londres que de Benidorm

El aeropuerto de Alicante-Elche aeropuerto de Alicante-Elchecelebra el próximo jueves, arranque del «puente» de Pascua, su quinto aniversario, cinco años después de que el 24 de marzo de 2011 se iniciaran las operaciones en la terminal de uno de los aeródromos mejor equipados de Europa -sexto en tráfico de España y cuarto de la península-, que ha ganado en ese periodo 1,2 millones de viajeros, pero que sigue sin resolver, de puertas hacia afuera su gran asignatura pendiente.

Cinco años después de aquel 24 de marzo, la terminal para por ser la peor comunicada del Mediterráneo (carreteras y ferrocarril) tras el marroquí de Marrakech. Una lista que elaboró en su día el profesor de la Universidad de Alicante, Armando Ortuño y que no ha variado. Todos los aeropuertos importantes de Europa con más de siete millones de pasajeros al año cuentan con enlace ferroviario. En España, rivales directos con el aeródromo provincial como el de Málaga, tienen tren. El malacitano, por ejemplo, cuenta con una linea ferroviaria que mueve más de 500.000 pasajeros al año, el vecino Manises (Valencia) con tranvía directo, lo mismo que los de Adolfo Suarez de Madrid y el El Prat de Barcelona.

El aeropuerto cerró 2015 con 10,6 millones de pasajeros, poco más de la mitad de los 20 millones para los que está dimensionada la nueva terminal. Aena ha descartado la construcción de una segunda pista porque con la actual, mejorada tras la remodelación con calles de salida y entrada, hay capacidad suficiente para gestionar sus vuelos (74.084 el año pasado) porque, además, los aviones que operan son cada vez de mayor tamaño. En estos momentos, cinco compañías aéreas (Ryanair, Norwegian, Vueling, Jet2 y Air Nostrum) tienen base en el aeropuerto, donde llegan a pernoctar hasta 17 aviones por las noches. Tres mil personas trabajan directamente en el aeropuerto, la principal «empresa» de la provincia.

La terminal une a su récord de tráfico una espectacular cifra de beneficios al alcanzar los 50,5 millones de euros antes de impuestos en su último ejercicio contable, el quinto mejor registro de España y superando al madrileño Adolfo Suárez (Barajas), lo que le hizo subir un puesto en rentabilidad dentro de la red de Aena. El aeropuerto cerró ese año, 2014, con unos ingresos totales de 142,7 millones de euros, once más que el año anterior en el que los beneficios habían sido de 25 millones de euros, según la información trasladada por Aena a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Los datos de 2015 no son todavía oficiales pero se auguran buenos, máxime cuando Aena se ha revalorizado un 70% en un año en Bolsa hasta alcanzar los 14.000 millones .

El Ministerio de Fomento dejó sin fecha en 2012, un año después de inaugurar el nuevo aeropuerto de Alicante-Elche, el proyecto para conectar la ciudad de Alicante y el aeródromo con una línea ferroviaria, cuyo proyecto ha pasado ser una de los damnificados por los recortes presupuestarios para cumplir los objetivos del déficit. La actuación, asignatura pendiente en materia de infraestructuras prácticamente desde que inauguró la terminal, tenía un presupuesto de 40 millones de euros, y ya empezó a retrasarse en la última etapa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

A mediados de 2010, el entonces ministro de Fomento, José Blanco, anunció que la conexión ferroviaria con el aeropuerto pasaba a ser un proyecto a financiar por la iniciativa privada, que luego la gestionaría durante un número determinado de años. Se incluyó en la denominada «Variante de Torrellano» -170 millones de euros, que contemplaba también la adecuación de los accesos al puerto y la retirada de las vías del tren de la primera línea costera en San Gabriel, lo que evitaría que trenes de cercanías, media distancia y mercancías circulen frente al barrio. Por su parte, el Consell también paralizó la extensión del tranvía desde la estación-término de Alicante.

La variante ferroviaria de Torrellano consistía en la construcción de una plataforma en doble vía electrificada en ancho internacional para conectar las estaciones del ferrocarril de Alicante y Elche con el aeropuerto donde habría una terminal para lanzaderas ferroviarias, cuyo coste alcanzaba los 40 millones de euros. Esta infraestructura se ubicaba debajo del nuevo aparcamiento público, en el que Aena dejó hueco para la estación del tren, y tendría acceso directo con la terminal de pasajeros. Hueco que sigue sin habilitar y que tiñe el bloqueo de un tinte aún más surrealista, al conocerse que la propia Renfe se ha dirigido a Aena para que coloque un panel informativo en el área de llegadas de la terminal aeroportuaria para dar información de las salidas y llegadas del AVE con Madrid. Hoy, la estación sólo se puede llegar en taxi. Al tren ni le espera, y que so que el cercanías Elche-Alicante pasa a menos de un kilómetro y para en la estación de Torrellano.

El proyecto básico de la conexión ferroviaria se redactó y se quedó a falta de concretar los detalles de la licitación y la ejecución que se incorporaron al Plan General de Infraestructuras bajo el sistema colaboración público-privada aprobado por el anterior ejecutivo socialista. Llegó Mariano Rajoy, aumentaron los recortes presupuestarios e, incluso, corrió peligro acabar la línea de Alta Velocidad, algo que salvó la hoy ministra en funciones de Fomento, Ana Pastor, que acabó la línea Alicante-Madrid, pero sacrificó todo lo demás, incluida la conexión con el aeropuerto. Ministra que el jueves pasado recordó en el Club INFORMACION su llegada al Ministerio de Fomento en 2012. Según su relato, se encontró un «power point» en el que estaban previstas inversiones por 50.000 millones de euros, 4.800 millones en facturas por pagar, pero ni un euro en la caja del Ministerio.

El trazado alicantino de la variante arrancaba de la estación de Alicante y continuaba por el trazado soterrado (el proyecto debía ejecutarse a partir de 2013 una vez hubiera llegado el AVE) hasta bifurcarse apenas unos metros después de acabado el mismo, poco antes del cementerio. Las vías seguían por el polígono industrial de la Florida superando mediante viaductos el Barranco de las Ovejas, el viario de acceso a Mercalicante y la carretera N-330, para adentrarse en Bacarot. Allí salvaba con otro viaducto la Vía Parque a Elche y por las proximidades de las fincas La Parra y Els Reiets alcanzaba la sierra de Colmenares. En este punto se construía un túnel para superar este obstáculo con una longitud de 560 metros lineales. La carretera de Elche, en su tramo cercano al polígono industrial de Agua Amarga, se salvaba mediante un paso inferior, al igual que el trazado del ferrocarril a Elche.

Nunca más se supo.

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