«Para que haya un cambio en el horario de la jornada escolar necesitamos que el centro elabore un proyecto de innovación pedagógica. Deben replanteárselo como una apuesta por mejorar la educación». El conseller de Educación subrayó ayer a este diario que también se hace partícipe a cada consejo escolar local «porque afecta a la población en general y no solo al aula».

Marzà llegó ayer a Alicante dispuesto a templar los ánimos que ha levantado la nueva normativa que regula la jornada continua y posibilita cambiar el horario escolar para acabar las clases a las 14:00 horas, aunque deberán seguir abiertos hasta las 17:00 con extraescolares gratuitas.

«Queríamos abrir el debate que nadie antes se atrevió a generar, no se trata de ninguna imposición. Deben valorar qué pasa en cada centro, el conjunto del horario y la conciliación familiar como proceso conjunto y planteárselo como apuesta de mejora educativa».

A las críticas generalizadas sobre la gratuidad de las actividades extraescolares, Marzà replica que «la orden plantea diferentes opciones, no reside únicamente en la financiación de los ayuntamientos. Pueden participar -recordó- asociaciones sin ánimo de lucro o las AMPA. Es un proyecto social y educativo con la implicación de la ciudadanía y debe asegurar que ningún alumno resulte discriminado económicamente».

Tampoco le parece que la votación del 55% de los padres censados sea excesiva. «La normativa no es ni dura ni laxa. Propicia el debate, la renovación pedagógica y una implicación de mayorías que no es nada del otro mundo. No se trata sólo de cambiar un horario», concluye.

Por su parte, la Fapa Gabriel Miró acordó en asamblea que la jornada escolar continua no se imponga, reivindicando el derecho a elegir. Apuestan por la educación pública, la oferta para niños de dos años en toda la provincia, y su compromiso contra el acoso escolar y el abandono prematuro.