Una cocina íntegramente nueva para este verano y la ampliación del comedor en diciembre, aprovechando las vacaciones de Navidad. Son las dos reformas a las que ayer se comprometió el conseller de Educación, Vicent Marzà, ante la dirección del colegio de Educación Especial, Santo Ángel, cuyas instalaciones incluyen tres prefabricadas y falta de mantenimiento durante décadas.

La inversión de la que tanto Marzà como la directora territorial, Tudi Torró, aseguraron disponer alcanza los 100.000 euros, la mitad para cada una de las actuaciones citadas. «La cocina es una necesidad urgente, ya no podía parchearse más y quizá no daba tiempo hacerlo en Semana Santa, por eso se deja para el verano. Es cuestión de salud para estos niños», apreció el director del colegio, Jorge Moliner.

Son 60 alumnos con diversas disfuncionalidades tanto motoras como mentales, cuyos padres advirtieron en los primeros compases de este curso que boicotearían el comedor si no se atendía su reivindicación porque las cocinas están oxidadas.

¿Nuevo o reforma?

También ha conseguido el colegio -dice el director que gracias al interés mostrado por la concejala de Educación, María José Espuch- la cesión de cuatro aulas en los locales anexos que utilizaba la Asociación de Vecinos, que se verán desplazados al centro social en la misma calle Virgen del Puig «que está infrautilizado». Será la forma de erradicar las tres aulas prefabricadas de este colegio.

La dirección sigue insistiendo en la necesidad de abordar una reforma integral de las instalaciones, pero ahora toca a los técnicos de Educación valorar si es factible o conviene una nueva construcción junto al Eusebio Sempere.