La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene previsto intensificar a corto plazo el control sobre 30 tramos de carretera convencional considerados como de especial peligrosidad, con el objetivo de prevenir que se produzcan accidentes. La medida forma parte de una campaña de ámbito estatal puesta en marcha por el organismo para tratar de reducir la siniestralidad en las vías de doble sentido, en las que se produce un número de víctimas mucho mayor que en autopistas, autovías y carreteras desdobladas. El plan se centra de manera muy especial en las vías que, por su intensidad de tráfico, su trazado o el volumen de población de su entorno, presentan un riesgo más elevado.

Ese patrón se cumple de manera fiel en la provincia, ya que el listado de tramos peligrosos incluye todo el recorrido de la N-332 por las comarcas alicantinas -excepto en Alicante capital, pero eso quizá se deba a que ahí la vía es de titularidad municipal-, aunque lo divida en varios tramos. También se señalan la N-340 desde Crevillent hasta el límite con Murcia, toda la N-338 -conexión de la N-332 y la A-70 con el aeropuerto de El Altet- y el tramo de la N-344 entre Villena y la Font de la Figuera que discurre por territorio alicantino. Estas vías concentran buena parte de los «puntos negros» de gran siniestralidad localizados en la demarcación, y han sido además incluidos en informes sobre carreteras peligrosas realizados por diversos organismos, entre los que destaca el EuroRAP.

En el listado de la DGT también se incluyen varias carreteras gestionadas por la Generalitat o la Diputación que también registran un tráfico notable, como la CV-81 desde Banyeres hasta el límite con Murcia, pasando por Villena, o la CV-700 entre Pego y El Verger, así como la CV-820 entre San Vicente del Raspeig y Agost. También hay otras donde el principal problema es que tienen un trazado sinuoso, como la CV-70 desde Alcoy hasta Benidorm -en el tramo más cercano a esta última población se añade el factor del tráfico- o la CV-767 desde Finestrat hasta la zona costera de la Cala. O porque, en cambio, tienen un trazado favorable y poco tráfico, lo que da pie a que se pueda circular a velocidades excesivas, como la CV-805 entre Ibi y la autovía A-7 a la altura del Maigmó, cerca de Tibi.

Todos los tramos considerados peligrosos, además, están entre los recorridos sobre los que la DGT tiene ya dispuesta una especial vigilancia sobre la velocidad de los vehículos a través de radares móviles. El organismo estatal ha anunciado que, con esta nueva campaña, la Guardia Civil intensificará los controles, con el objetivo de disuadir a potenciales infractores. Desde la DGT recuerdan, asimismo, que a los conductores que sean parados para sancionarles por exceso de velocidad también se les pueden practicar controles de alcoholemia o detección de drogas, así como la revisión de la documentación del vehículo y todo lo referente al seguro y a la inspección técnica.

La DGT justifica este refuerzo de las medidas preventivas en la mayor siniestralidad de las carreteras convencionales. El organismo también recuerda que el año pasado se produjeron un total de 913 fallecidos en estas vías en toda España, 45 más que en 2014. No obstante, también señala que sí hubo una disminución en los tramos donde el pasado ejercicio se intensificó la vigilancia, pasando de 337 a 291. En la provincia de Alicante, 33 personas se dejaron la vida en las carreteras en 2015. El año anterior se habían registrado 48 víctimas mortales en vías interurbanas, y otras 19 en zona urbana, según consta en el Anuario de Accidentes 2014 de la DGT.

Tráfico apela a que la difusión de los tramos considerados peligrosos contribuya también a una mayor concienciación, y a que los conductores circulen con más precaución por estas vías. Asimismo, espera que los navegadores para dispositivos móviles incorporen esta información, de forma que puedan ofrecerla en todo momento a sus usuarios.