Si ser mujer supone enfrentarse a obstáculos, ser mujer y gitana está un peldaño más arriba. Las gitanas se tienen que enfrentar a una sociedad patriarcal en la que el hombre siempre ha estado por encima de ellas y a una sociedad «paya» que también las esterotipa. Ahora hay jóvenes y también mayores que lo cuestionan y teniendo muy claro quienes son y lo que son buscan encontrar una igualdad con el hombre.

La Fundación Secretariado Gitano celebró ayer en el Centro Social Gastón Castelló el acto Construyendo hogares en Igualdad donde cuarenta gitanas adquirieron herramientas para introducir cuestiones relacionadas con la igualdad en su día a día.

El salón de actos se convirtió en una casa y por grupos y temáticas las mujeres y también algunos hombres fueron explicando sus experiencias diarias en casa. «Antes era a mi marido al primero que le ponía el plato en la mesa. Ahora los primeros son mis hijos y yo soy la última. Me ha costado mucho pero he logrado que mis dos hijos pongan la mesa y la recojan», contaba una gitana ya mayor. Otras dos jóvenes explicaban su experiencia de lucha contra unas normas que las asfixian. Paqui quiere terminar el bachillerato y reconoce que «hay que tener mucha personalidad para no hacer lo que te dice tu entorno». Y asegura que las cosas están cambiando.