El cierre de la biblioteca municipal de Juan XXIII las tardes de los lunes y los viernes desde hace cerca de un mes por falta de personal ha indignado a padres, vecinos y centros escolares de este barrio de la Zona Norte, que entienden que se trata de una instalación básica para fomentar la lectura y el estudio en los niños, a la que también acuden personas mayores a consultar libros y prensa.
La asociación de vecinos Juan XXIII-Segundo Sector está recogiendo firmas para que se reabra la instalación. Asimismo, ha remitido un escrito al concejal de Cultura, Daniel Simón, reclamando la vuelta a la normalidad de este servicio, «el único que disponemos para el entretenimiento y lectura de los vecinos, y no estamos dispuestos a perderlo. Luego nos quejamos de los malos resultados de la población escolar». En el escrito, firmado por Manuel Medina, presidente de la entidad vecinal, se hace ver al concejal que por las tardes es cuando más usuarios tiene la biblioteca, y que ha habido quejas también desde las familias, el IES Las Lomas y diversos colegios de la zona. «Costó once años que nos construyeran la biblioteca en el marco del Plan Municipal Integral de Juan XXIII, y ahora no sabemos qué ocurre en la del Cabo de las Huertas y nos cierran dos tardes para llevar allí al personal. Hemos peleado mucho por ella y si en otro sitio no pueden abrir no es problema nuestro», afirma Medina, que cree que habría sido menos lesivo el cierre por las mañanas ya que hay menos público.
Según el edil de Cultura, Daniel Simón, el problema está en que ha habido bajas de personal que han obligado a reestructurar la plantilla de bibliotecas dado que el plan de ajuste al que está sometido el Ayuntamiento, intervenido por el Ministerio de Hacienda, impide hacer contrataciones hasta el próximo año. «Está prevista una reunión con todo el personal de bibliotecas para redistribuir a los trabajadores de los centros en donde los préstamos de libros sean más bajos y que haya los menos cierres posibles, o intentar que no haya ninguno. Es personal con titulación y no podemos contratar si hay bajas».
Problema aparte es el polideportivo. La asociación de vecinos se ha visto obligada a devolver la llave de las pistas al Ayuntamiento después de dos años abriendo y cerrando las instalaciones. «Con los equipos del barrio no había problema pero últimamente teníamos que abrir los sábados. Hemos estado mucho tiempo pagando 300 euros al año como seguro de responsabilidad civil pero ya no podemos asumirlo. Nos dijeron en el Ayuntamiento que contratáramos un conserje pero no podemos». Medina constató que la misma tarde de la devolución de llaves había jóvenes jugando en las pistas a los que, según le dijeron, les habían dado la llave. Cree la asociación que sin su vigilancia las pistas se deteriorarán rápidamente. «Somos un barrio de 11.000 vecinos. Los niños iban a la biblioteca o al polideportivo, ¿qué van a hacer ahora?», se pregunta.
