«No me explico cómo en su corazón no hay sentimientos de solidaridad», dice la patrona mejicana de los políticos europeos que no ayudan a los refugiados sirios, y reconoce que la solidaridad «no se puede dejar en manos de políticos, no hacen nada. A nosotras no fueron los políticos quienes nos movieron a ayudar», cuenta con pesadumbre Norma Romero, que ve con dolor la muerte de refugiados y quiere con su experiencia mandar un mensaje de que se puede y se debe ayudar. v. m.