Los vecinos del barrio Juan XXIII se quejan de la falta de limpieza y de vigilancia policial, y se sienten «abandonados de la mano de Dios». «Hay un gran descontrol en el nuevo Ayuntamiento. En agosto enviamos una carta al alcalde pidiendo que se reuniera con la directiva de la asociación de vecinos y ni ha contestado. En octubre mandamos otra, y ni caso. Sólo nos han atendido los ediles de Coordinación de Proyectos y Participación Ciudadana», asegura Manuel Medina. Sí han recibido la visita de Víctor Domínguez, responsable de Limpieza, «que mandó una brigada y cortaron las malas hierbas pero el barrio sigue sucio». Medina recordó otros episodios de agravio para Juan XXIII como la supresión la pasada legislatura de paradas de la línea 6 dejando a 520 viviendas sin autobús, repuesto tras la protesta vecinal.