Después de meses de trabajo y buena sintonía, las negociaciones entre los farmacéuticos y la Conselleria de Sanidad vuelven a encresparse.

El motivo, las reticencias que la Abogacía de la Generalitat ha puesto al nuevo convenio que se estaba negociando. Casi 80 páginas de alegaciones que han caído como un jarro de agua fría entre los boticarios.

El mayor punto de fricción, reconoce la presidenta de los farmacéuticos alicantinos, Fe Ballestero, es la negativa de la Abogacía a incluir en este convenio los servicios profesionales que puede prestar la farmacia y en un futuro cobrar por ellos. La alternativa es incluirlos en un decreto, pero sin fecha, una solución que no convence a los boticarios.

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