La puesta en marcha del programa XarxaLlibres en la única capital de la Comunidad que todavía no ha iniciado el proceso de pago de la ayuda de 100 euros por la compra de libros de texto, espera todavía el visto bueno del concejal socialista de Recursos Humanos, Carlos Giménez, ante la petición de la edil de Educación y de Compromís, María José Espuch, para poder enviar funcionarios a los colegios para cotejar los documentos que deben presentar las más de 40.000 familias con alumnos en Primaria, Secundaria y FP Básica de centros públicos y concertados.

Espuch asegura disponer ya de las bases de funcionamiento que regirán dichas ayudas, pero que depende de Recursos Humanos para saber con cuántos podrá contar entre más un centenar de funcionarios cuya gestión depende de Giménez. «He solicitado 30 y estoy a la espera de confirmación, así como del informe de Intervención sobre las bases», declaró la edil.

Toda vez que el Ayuntamiento dispone ya del visto bueno del Ministerio de Hacienda al esperado presupuesto municipal, imprescindible, entre otras cosas, para poder aplicar este programa de ayuda para libros de texto, XarxaLlibres, que se lleva 2 millones de euros, la puesta en marcha definitiva todavía no es un hecho.

La petición de Espuch a Giménez llega en pleno conflicto por la distribución de personal en las dependencias municipales. Este nuevo desencuentro se saldó con el compromiso de crear una comisión de todos los grupos políticos para fiscalizar la gestión de las decisiones en materia de personal, a lo que se verá obligado el PSOE forzado por Compromís y Guanyar como fruto del seguimiento del pacto de gobierno. Y, en el entretanto, la disposición de personal para la XarxaLlibres sigue en el aire.

Por unas cosas y otras el programa no se pone en marcha y la inquietud de padres y directores de centros va en aumento. Los hay, entre representantes de los centros concertados, que incluso dudan de que se vaya a completar la segunda fase de la ayuda, otros 100 euros como máximo si se entregan los libros en buen estado.

Las mayores críticas van dirigidas a la forma en que se está gestionando el programa, toda vez que también de forma generalizada se comprende el retraso inicial por la falta del presupuesto. A los directores de los colegios, que se han ofrecido a apoyar que se cotejen documentos cuando llegue la hora, no les queda nada claro que con 30 funcionarios de 4 a 7 de la tarde se pueda dar a basto y ansían la circular de la concejalía de Educación para poner en marcha la primera fase.