Conocer mejor las dolencias crónicas, cuál es la dieta más idónea para cada problema físico, los mejores ejercicios, o las actitudes más adecuadas que hay que tener ante las enfermedades, en definitiva, mejorar nuestra salud cambiando los hábitos. Es el objetivo de los dos talleres que está realizando, desde febrero y hasta el 9 de marzo, el departamento de salud Alicante-Hospital General destinado a enfermos crónicos y familiares con el fin de que aprendan a autocuidarse o a cuidar al enfermo.

Y qué mejor forma de aprender que si quien nos enseña es también un paciente con alguna dolencia crónica. Por eso, además de dos enfermeras, los dos talleres que se están llevando a cabo los imparten dos pacientes llamados activos que han sido formados para este fin y acreditados por la Universidad de Stanford de Estados Unidos. Ellos, junto con las enfermeras, son los encargados de facilitar y enseñar a los asistentes herramientas para conocer mejor su patología y cuidarse. Remedios Mojica, paciente activa de San Blas, destaca que «les damos herramientas para que sepan lo que deben comer, que deben hacer ejercicio, que cuando no se encuentran bien tiene que ir a su médico, a tomar decisiones de si no pueden hoy salir a andar qué es lo que pueden hacer en casa para solucionarlo». Según Mojica «son herramientas de autoayuda porque los cuidados nos los tenemos que hacer cada uno, nadie los va a hacer por nosotros».

Bajo el título «Tomando control de tu salud», los talleres, enmarcados dentro del programa Pacient Actiu que está potenciando la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública, están orientados a mejorar las habilidades para manejar las enfermedades crónicas, favorecer hábitos de vida más saludables adecuando la alimentación y aumentando el nivel de actividad física, potenciar la confianza y aumentar la motivación para afrontar los problemas que surjan durante la enfermedad. De esta forma, según explica la enfermera María Peña, los pacientes conseguirán ser más autónomos y disminuir la dependencia del sistema sanitario. «Hablamos de alimentación, ayudamos a confeccionar un menú saludable, también le damos técnicas de ejercicio físico y les mostramos que no hace falta salir a la calle o ir a un gimnasio, lo pueden hacer en su casa, por ejemplo bailando. También les enseñamos a leer las etiquetas nutricionales de los alimentos, y les damos técnicas para saber resolver problemas no solo de la enfermedad sino de la vida en general», explica Peña.

Uno de los puntos importantes de estos talleres es el hecho de intercambiar experiencias. Los pacientes pueden hablar de sus problemas, cómo los solucionan y ayudar a otros enfermos en las mismas o similares situaciones, según destaca Mojica. Al final, según la paciente activa, «han aprendido a cuidarse mejor».