Los partidos que integran el tripartito en el Ayuntamiento de Alicante (PSOE, Guanyar y Compromís) acordaron ayer crear una comisión política, con dos ediles de cada grupo, para fiscalizar la gestión del personal en el Ayuntamiento de Alicante, en manos del socialista Carlos Giménez. Este fue uno de los puntos acordados en la comisión de seguimiento del pacto de gobierno, que dejó a un lado otros aspectos espinosos que han marcado la actualidad municipal y en la que, una vez más, todos los partidos coincidieron al admitir los problemas de comunicación interna en el tripartito.

La gestión del área de Personal, en manos del PSOE, ha sido un foco de conflicto interno que alcanzó su punto álgido hace dos semanas con un fuerte enfrentamiento entre los socialistas y Guanyar que puso sobre las cuerdas el pacto de gobierno. Los de Guanyar acusaron a los socialistas de actuar de manera unilateral en la revisión de la estructura funcionarial del Ayuntamiento y los socialistas invitaron a sus socios a dejar el gobierno municipal. A ese conflicto interno le siguieron otros. Entre ellos, el generado por la edil de Guanyar Marisol Moreno al acusar al PP de celebrar sus juntas de gobierno local en un club de alterne. La tensión alcanzó su mayor cota hace una semana, cuando el alcalde socialista, Gabriel Echávarri, hizo pública su intención de permitir a todo el comercio de la ciudad abrir todos los festivos en contra de sus socios de gobierno de Guanyar y Compromís. El líder de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, acusó a Echávarri de incumplir lo establecido en el pacto de gobierno en materia comercial y de crear una «gran alianza con la derecha» para buscar apoyos a su propuesta. Unas afirmaciones frente a las que los socialistas llegaron a pedir la dimisión de Pavón.

Aunque las tensiones internas en el tripartito no han dado tregua, ayer los miembros de la comisión de seguimiento del pacto de gobierno dos miembros del partido y un edil por cada grupo municipal pasaron de puntillas por estos asuntos. «No es una comisión para apagar los fuegos del día a día del equipo de gobierno sino para adoptar acuerdos que mejoren la comunicación y coordinación interna para evitar esos problemas», aseguró la edil de Guanyar Nerea Belmonte.

Sí se pararon a abordar el asunto del Personal, una de las cuestiones que más preocupan tanto a Guanyar como a Compromís para dotar de funcionarios a sus áreas y desarrollar las funciones de sus concejalías. De ahí que uno de los acuerdos alcanzados ayer fuera el de crear una comisión de Recursos Humanos, formada por dos concejales por cada grupo del equipo de gobierno, para «poner en común y establecer acuerdos en cuanto a organigramas se refiere y a otros aspectos globales».

Belmonte explicó que en ella «se hablará de la Relación de Puestos de Trabajo, del organigrama y de otras cuestiones». El portavoz de Compromís, Natxo Bellido, indicó que será el foro donde se aborden «todas las cuestiones que tengan que ver con Recursos Humanos, se den explicaciones y, a partir de ahí, las decisiones las tome Recursos Humanos». La creación de esta comisión dará una mayor participación a los grupos municipales en una cuestión que les afecta directamente como es la organización de personal.

También se acordó fijar una jornada en el mes de mayo «de coordinación política que establezca las prioridades del pacto, con la presencia de todos los miembros del equipo de gobierno» y levantar acta de las sesiones de esta mesa de seguimiento para evitar malentendidos entre las partes.

Sobre la libertad comercial, la edil socialista Eva Montesinos consideró que el de ayer no era el foro para debatirlo. Algo en lo que coincidió Belmonte y Bellido, quien agregó que se puso de relieve que «tenemos una posición diferente y ahora se abre un periodo de diálogo».

Los tres grupos coincidieron al reafirmarse en la voluntad de continuar con el pacto de gobierno en realizar «autocrítica y una reflexión en torno a la mejora de la comunicación y la coordinación en el seno del equipo de gobierno». Algo que ya hicieran en la primera comisión, en la que se acordó realizar reuniones semanales de todo el equipo de gobierno. Sin embargo, eso no logró evitar la escalada de tensión de las últimas dos semanas.